Alianza entre EE.UU. y Costa Rica para fortalecer la industria de semiconductores: nuevamente hacemos historia

Opinión de Manuel Tovar | Hemos confirmado que somos un socio confiable, especialmente para las industrias que requieren de cadenas de valor seguras y diversificadas, que les permitan mitigar los múltiples los riesgos y las disrupciones globales.

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La pandemia de la covid-19, y la inestabilidad que trajo consigo, permitió dilucidar varias realidades compartidas a nivel global. Durante ese período nos enfrentamos a una economía mundial frágil, a una transformación digital vertiginosamente cambiante, y, desde el punto de vista del comercio exterior, a alarmantes disrupciones en las cadenas de suministros. Esto hizo que los países cambiaran sus prioridades para intentar atender múltiples e inusitadas emergencias. A pesar de estos esfuerzos, el mundo, indiscutiblemente, se detuvo.

Pero Costa Rica continuó. Ni nuestra industria, ni nuestra gente se detuvieron. El país se destacó por navegar estos tiempos volátiles e inciertos de manera estable y firme, y por emerger como un aliado robusto y constante en las cadenas globales de valor. Esta hazaña – producto del trabajo incansable de muchos costarricenses – no ha pasado desapercibida, y ha sido retribuida con oportunidades únicas que, una vez más, nos permiten posicionarnos en el mundo.

Caracterizados por ser la democracia más antigua y duradera de América Latina, con una ubicación geográfica inigualable, una plataforma comercial que permite acceder a un tercio de la población mundial y talento humano de altísimo nivel, nuestra resiliencia durante tiempos inciertos ha sido una prueba más de nuestra oferta de valor. Hemos confirmado que somos un socio confiable, especialmente para las industrias que requieren de cadenas de valor seguras y diversificadas, que les permitan mitigar los múltiples los riesgos y las disrupciones globales.

En ese contexto, uno de los sectores que busca alcanzar mayor seguridad y anclaje en el hemisferio es el de semiconductores. A nivel regional, Costa Rica es pionera en esta industria, y presume una experiencia de más de un cuarto de siglo en su manufactura. El sector de semiconductores ha logrado cambios históricos en nuestro país, ya que la llegada de Intel a Costa Rica marcó un antes y un después en nuestra oferta exportadora, diversificó nuestro talento humano, e impulsó la industria de manufactura avanzada.

Motivado por las bondades que ofrece nuestro país como destino de inversión, y por la experiencia sustancial que ya hemos adquirido en esta industria, el Gobierno decidió fortalecer aún más nuestra posición como destino idóneo y confiable para el ecosistema de semiconductores. Bajo el liderazgo del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), se trabajó de cerca con la Embajada de los Estados Unidos y el Departamento de Estado de ese país en el desarrollo de una propuesta de valor que nos permitiera convertir a Costa Rica en un aliado clave para la industria. A este esfuerzo se suman múltiples gestiones de seguimiento a nivel político, también lideradas por Comex, con diferentes funcionarios de gobierno, congresistas y senadores estadounidenses, que nos permitieron transmitir con ahínco nuestra visión para el futuro. El resultado: hicimos historia una vez más con el anuncio del 14 de julio anterior, en donde Estados Unidos comunicó la concreción de una alianza estratégica con Costa Rica en el marco de la Ley de Chips y Ciencia (Chips Act, por sus siglas en inglés).

La nueva ley financiará una estrategia dirigida a fortalecer las cadenas de suministro de semiconductores, y fomentar la investigación y desarrollo, ciencia y tecnología en este sector. Adicionalmente, este marco normativo atiende la preocupación latente de la Administración Biden de diversificar la cadena de valor a países confiables, ya que la vulnerabilidad de esta cadena ha sido discutida, incluso, como un tema de seguridad nacional.

Específicamente, las autoridades de los Estados Unidos trabajarán de forma cercana y colaborativa, con el Gobierno de Costa Rica, con el fin de explorar distintas oportunidades para expandir las áreas de manufactura y ensamblaje en nuestro país, y de esta forma, fortalecer el ecosistema global de semiconductores al impulsar una cadena global de valor más transparente, segura y sostenible.

Este apoyo se materializará, eventualmente, por medio del Fondo Internacional de Innovación y Seguridad Tecnológica (Fondo ITSI), que fue creado por la Chips Act para promover los objetivos de la ley. Para ello, contempla $500 millones para implementar en un plazo de cinco años ($100 millones anuales a lo largo de cinco años, a partir del año fiscal 2023), parte de los cuales podrán ser accedidos por Costa Rica, para mejorar su competitividad en el sector.

Este es un reconocimiento a la posición de nuestro país en la industria de semiconductores, y a su valor estratégico a nivel global, y responde al esfuerzo que ha liderado esta administración ante el Congreso de los Estados Unidos para la aprobación de estos fondos. También demuestra la sólida trayectoria de Costa Rica como país idóneo para la inversión, que respeta las reglas del juego y genera regulaciones basadas en las mejores prácticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Nos situamos ante una noticia excepcional en el marco de la nueva estrategia de inversión extranjera directa, liderada por el sector comercio exterior.

Y aunque este anuncio marca un hito significativo para nuestro país, tenemos claro que el trabajo apenas comienza.

En preparación para recibir esta noticia, Costa Rica se ha planteado el desafío de reimaginar el fortalecimiento a su más preciado activo: su gente, su talento. El apoyo que obtendremos de parte de los Estados Unidos contribuirá a la promoción de educación especializada que pueda atender los requerimientos y aspiraciones de esta industria. Entendemos, por supuesto, que, si logramos ofrecer el talento y habilidades necesarios para crear un ecosistema vibrante de semiconductores, esto tendrá la consecuencia de sentar las bases necesarias para mantener las inversiones existentes a la fecha. Además, nos permitirá continuar atrayendo proyectos que generen crecimiento económico y mayores oportunidades para todos los costarricenses en términos de empleo, innovación, y transferencia tecnológica.

Para ello, hemos iniciado un trabajo minucioso para identificar las necesidades de talento especializado a diferentes niveles: técnico, profesional y talento muy especializado que no se encuentra en el país. Asimismo, hemos emprendido acciones que nos permitan corregir estas necesidades a corto, mediano y largo plazo.

Como ejemplo, a nivel de talento técnico, ya hemos trabajado de forma coordinada con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y el Ministerio de Educación Pública (MEP) para fortalecer las áreas de eléctrica, metalmecánica, mecánica de precisión, mantenimiento, control de calidad entre otras áreas requeridas por esta industria.

A nivel profesional, estamos buscando alternativas de corto y mediano plazo para fortalecer la malla curricular de ingenierías especializadas, ya que estos conocimientos serán instrumentales en la transformación de nuestro talento humano. Para generar talento profesional especializado, estamos impulsando iniciativas legislativas que contribuyen a generar ciertos incentivos para que este tipo de profesionales vengan al país y capaciten a nuestro talento. Por ello, hemos trabajado en el proyecto de ley de homologación de títulos, y en un proyecto de ley que promueve el establecimiento de campus satélites de universidades extranjeras en el país.

Cabe destacar que, en paralelo a estas acciones, también hemos repensado en cómo atraer nueva inversión de este sector a nuestro país. La nueva configuración del modelo de atracción de inversión permitirá que tanto la política pública como nuestra oferta país evolucionen en absoluta sincronía.

Además, continuamos con los esfuerzos decididos para ampliar nuestra plataforma comercial, las negociaciones con Israel y Emiratos Árabes Unidos están en marcha, mientras esperamos la oportunidad para sumarnos a importantes bloques comerciales como el Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership (CPTPP) y el United States-Mexico-Canada Agreement (USMC).

Más allá de un desafío, hemos tomado la noticia de esta alianza estratégica con los Estados Unidos como una oportunidad. La hemos recibido esperanzados por el futuro de nuestro país, motivados por lo que ya hemos podido alcanzar. Estamos listos para trabajar arduamente y recordarle al mundo, y a nosotros mismos, que la esencia de Costa Rica es ser grande.

El autor es ministro de Comercio Exterior de Costa Rica.