Apertura eléctrica

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La apertura de los monopolios es un paso a nuevos horizontes que permiten a todos elegir las mejores opciones según nuestras preferencias.

La apertura de muchos monopolios se dio con la aceptación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (TLC) en octubre del 2007, proceso que vivió una dura transición, con un sinfín de calumnias y pronósticos adversos, que no se han materializado.

La apertura del monopolio impactó de manera positiva, al año que se ratificó creció un 35% la telefonía móvil, lo que fomentó un aumento significativo en los ingresos del país, pues se incrementaron las inversiones en telecomunicaciones por ¢171.000 millones en un 386%. Se modernizó el servicio, que antes era el más rezagado de la región centroamericana. Recordamos que antes de la apertura la demanda nacional por un servicio celular era superior a la oferta dada por el Instituto Costarricense de electricidad (ICE), un 36% menor a la necesidad del mercado. Por ello, es vital la apertura del monopolio eléctrico, el cual sin duda fortalecerá la adquisición de este servicio, con precios más asequibles.

La apertura evitaría sobreprecios al momento de la construcción de plantas hidroeléctricas, por malas negociaciones y fallos administrativos. Estas posibles faltas aumentan el costo de los megaproyectos de energías renovables, el cual se traslada a los usuarios.

Debemos aceptar una apertura del monopolio eléctrico, el cual beneficiará a la población con una reducción de la tarifa eléctrica y causaría un ambiente de inversión positivo de atracción de grandes empresas al país.

Esta inversión generará no solo más empleo, sino también una reducción de los gastos mensuales que todos los costarricenses en la factura eléctrica. Un servicio que es 99% renovable pero costoso.

NOTA: El autor es estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Latina.