Cambios, riesgos y ventajas de la auditoría en tiempos de COVID-19

La figura del auditor es ahora responsable de entender el negocio, sus procesos críticos, valorar cuáles son los riesgos significativos a los que se expone la organización

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En congruencia con la evolución de la humanidad, la auditoría ha experimentado cambios como producto de la revolución agrícola, la revolución industrial y la revolución tecnológica, etapa aún en desarrollo.

Durante la revolución agrícola, el enfoque del auditor se concentró en una comprobación del 100% de los saldos y transacciones reflejados en los estados financieros, así como en la verificación de sus documentos fuente; siendo el objetivo fundamental la identificación de errores.

El aumento notable de la producción, como consecuencia de los avances industriales, obligó a los grandes societarios a delegar funciones y por tanto, implementar sistemas de control interno que previnieran y/o disminuyeran los errores y los fraudes en las organizaciones.

Como resultado, el profesional de auditoría vio la necesidad de realizar muestreos selectivos estadísticos o no estadísticos en las poblaciones de datos, enfocando los esfuerzos de auditoría en una función de atestación que permitiera evitar errores y fraudes en los estados financieros.

Los avances tecnológicos, científicos, económicos y la globalización de los mercados de hoy nos ubican en lo que se denominó la revolución tecnológica; etapa que ha transformado radical, sustantiva y rápidamente el proceso de auditoría, convirtiéndolo en un proceso de administración de riesgos.

La figura del auditor es ahora responsable de entender el negocio, sus procesos críticos, valorar cuáles son los riesgos significativos a los que se expone la organización, determinando el impacto material en los estados financieros si llegaran a materializarse e identificar y evaluar aquellos controles que la administración ha definido, para mitigar a un nivel aceptablemente, bajo el riesgo.

Este nuevo diseño del proceso de auditoría provocó modificaciones en el alcance, la oportunidad, la ejecución y la valoración de los asuntos clave de las pruebas de auditoría, fijando aún más relevancia en el juicio profesional del auditor, el uso del escepticismo profesional y la ética.

Aparición de la pandemia

Una vez más el proceso de auditoría se vería impactado por el entorno. A inicios de diciembre de 2019 se reporta la presencia del covid-19 en China, virus que la OMS declaró pandemia el 11 de marzo de 2020.

Costa Rica declaró estado de emergencia nacional en todo el territorio nacional el 16 de marzo, estableciendo medidas como: la suspensión de lecciones en centro educativos, la restricción del tránsito vehicular y circulación de personas, la limitación de la concentración de personas en espectáculos públicos, el cierre temporal de las fronteras y establecimientos y la recomendación a gobiernos locales, empresarios y público en general de mantenerse en sus casas, inclusive realizando trabajo remoto.

El teletrabajo ha provocado cambios en la forma de ejecutar procesos, entregar productos y servicios a sus respectivos clientes, comunicar información interna y/o externa, administrar la cadena de suministros, ofrecer valor a sus partes interesadas, contabilizar e inclusive reportar sus resultados financieros.

Herramientas desarrolladas internamente, así como aplicaciones colaborativas y de comunicaciones, Microsoft Teams, Zoom y Skype, han sido clave para la continuidad de la operación en las compañías.

Sin embargo, calaron en lo más profundo de la estructura de las organizaciones, soportando el establecimiento de controles automáticos y un ambiente de control enfocado aún más en la ética del colaborador y la concienciación de que sus labores son parte integral del sistema de control interno.

La modificación o implementación de nuevas políticas administrativas, contables, operativas y financieras fueron necesarias, así como nuevas estrategias para administrar adecuadamente la situación financiera, tales como: la reducción del gasto, la implementación de ventas mediante canales digitales o inclusive, la contracción del tamaño de las compañías, se hicieron fundamentales para sopesar la recesión económica.

Como resultado de estos cambios, el proceso de auditoría presenta los siguientes impactos:

  • Incremento en el riesgo de error y fraude producto de la realización de procesos virtuales o semi virtuales en las organizaciones.
  • Incremento en el riesgo de auditoría. Dado que la evidencia es 100% digital, existe un riesgo aumentado en la no detección de documentos inválidos, falsos o alterados.
  • Incremento en el riesgo operativo, pues las medidas adoptadas para la contención de la emergencia sanitaria presionaron la conversión de procesos manuales a procesos completamente automáticos que debieron realizarse en muchas ocasiones con recursos limitados y tiempos récord.

Las debilidades de control interno en confidencialidad y seguridad de la información, solo por nombrar un par, fueron aún más evidentes con la transformación digital y el trabajo a distancia.

Como parte integrante del proceso de auditoría, se hizo necesario la inclusión de pruebas en controles generales y controles específicos en los sistemas de información, el establecimiento de controles de limitaciones de accesos a usuarios, firmas electrónicas en la segregación de funciones, adquisición y mantenimiento de programas de antivirus, firewalls y ataques cibernéticos, planes de recuperación, planes de continuidad de negocios y planes de gestión de crisis.

Documentar con evidencia de auditoría suficiente y adecuada que las medidas adoptadas por cada compañía permitirán la continuidad de la entidad a largo del tiempo manteniendo su principio de negocio en marcha. Esto incluye resultados, mediciones financieras y presupuestación para el futuro inmediato, pero no se limita a comprobar la liquidez.

Recopilar evidencia, ejecutar pruebas de auditoría y comunicar resultados mediante el uso en un 100% de medios digitales, así como, utilizar análisis predictivos de Data Analytics o la gestión de big data a través de sistemas no convencionales.

Comprobar el deterioro de los activos, los inventarios e inclusive las pérdidas por incobrables con mayor escepticismo profesional, desafiando los resultados obtenidos por la administración e incorporando la incertidumbre en dichas estimaciones.

Auditoría y tecnología

El proceso de auditoría al estar inmerso en un entorno desafiante y altamente cambiante experimentará aún más cambios en el futuro. La emergencia sanitaria propició un avance tecnológico acelerado.

Es posible ahora pensar que el uso de drones o avatar para la realización de conteos físicos ya no es una idea impensable. Al contrario, el uso de la inteligencia artificial, la robótica y la tecnología, son herramientas que podrán permitir al auditor ventajas inimaginables como alcanzar la población completa sin el uso de muestras, dando mayor exactitud a las conclusiones del trabajo de auditoría, un conocimiento más profundo y sustentado del negocio y sus procesos críticos, eficiencia y eficacia en el tiempo generando valor agregado al proceso de auditoría.

Lo cierto es que, tanto el auditor como la organización deben ser capaces de adaptarse continuamente a los retos que propone el entorno en aras de alcanzar la excelencia y la mejora continua.

La autora es profesora en la carrera de contaduría pública y programas técnicos de la Universidad Fidélitas, afiliada al Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica.