Caminemos al compás de la normalización

Nuestro país apostó por un modelo de normalización voluntario y en este proceso ha venido experimentando, de manera tangible, los beneficios y su eficacia

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Las normas técnicas influencian muchas veces, sin que nos percatemos, en nuestra vida diaria. Por ejemplo, permiten establecer niveles de calidad en los diferentes procesos que desarrollan organismos gubernamentales, empresas y la sociedad en general.

Sin duda alguna, en un mundo tan retador y con tantas exigencias, posicionarse como una organización que ve la normalización como una herramienta para mejorar su competitividad, es cada vez más exigido.

A nivel internacional se promueve el desarrollo e implementación de normas, a fin de lograr mayor eficiencia y rentabilidad económica, tanto para productos como para servicios. Las normas técnicas constituyen además plataformas ideales para avanzar hacia otras certificaciones de sistemas de gestión, en áreas tales como como medio ambiente, seguridad o responsabilidad social.

En octubre, se conmemora El Día Mundial de la Normalización, que en esta ocasión se celebra bajo el lema: “Las Normas Internacionales y la Cuarta Revolución Industrial”. Ante ello surge la interrogante: ¿cuál es el beneficio como país y como sociedad de ser parte activa en esta celebración?

Las normas juegan un papel preponderante en el momento de transición en el que estamos. Los innovadores confían en las normas internacionales como las producidas y desarrolladas por organismos como IEC, ISO e ITU, para garantizar la compatibilidad y la interoperabilidad, de modo que las nuevas tecnologías se puedan adaptar a la perfección.

Precisamente, la Cuarta Revolución Industrial (4.0) refiere a las tecnologías emergentes, que borran las fronteras tradicionales entre los mundos físicos, biológicos y digitales, lo que también implica un aumento de la conectividad entre personas y por ende un gran impacto en todas las actividades.

Desafíos interesantes

Como era de esperar, la Cuarta Revolución Industrial presenta desafíos interesantes. Por ejemplo, los robots y la inteligencia artificial se encargan hoy día de tareas que antes realizaban humanos. La impresión 3D está cambiando la forma en que se crean productos.

Todos esos procesos aumentarán la vulnerabilidad de los datos, constituyendóse en el problema de una nueva generación de tecnologías inteligentes, con grandes volúmenes de datos, mayor integración, almacenamiento en la nube y comunicación abierta; porque todo, desde aviones hasta monitores para bebés estarán conectados digitalmente.

Ante este panorama, las normas de seguridad, pueden mantener nuestros datos a salvo y disuadir a los piratas informáticos. Las normas técnicas internacionales son una poderosa manera de garantizar la seguridad y minimizar el riesgo.

En Costa Rica, Inteco es el Organismo Nacional de Normalización. Es, además, el representante costarricense ante las organizaciones de normalización internacionales ISO e IEC y regional Copant.

Las normas se crean en los Comités Técnicos de Normalización (CTN), con una representación equilibrada de diferentes organizaciones. Para garantizar la transparencia, apertura y consenso, las normas se elaboran, asegurando que cualquier persona, aunque no pertenezca al órgano que la crea, pueda emitir sus opiniones.

Los organismos internacionales de normalización, y sus miembros nacionales, como Inteco, tienen una amplia experiencia en el desarrollo de estándares, han desarrollado buena parte de las normas que se utilizan en los modelos actuales de fabricación.

El modelo de elaboración de normas, abierto y consensuado, es el necesario para definir las normas que garanticen la máxima interoperabilidad que la Industria 4.0 requiere. Para abordar el trabajo de forma ordenada y rigurosa, los organismos internacionales de normalización han formado sus respectivos grupos estratégicos, como: ISO Smart Manufacturing Coordinating Committee e IEC Systems Evaluation Group 7 Smart Manufacturing.

Desde hace ya mucho tiempo el país apostó por un modelo de normalización voluntario y en este proceso ha venido experimentando de manera tangible los beneficios y su eficacia.

Ojalá que celebraciones como ésta sirvan para que más empresas, organizaciones y Estados también lo hagan y se genere una mayor cultura mundial sobre el tema, pues al final son las personas quienes reciben el mayor beneficio.