Carreta, bueyes y constructivismo

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A raíz del artículo “Una ligereza del Central” (EF 1.013) que dirigí al Director del Departamento de Investigación Económica del BCCR, recibí respuesta de parte de uno de sus exsubalternos, el economista Manfred Esquivel.

La respuesta indica que, dado el poco desarrollo del mercado bursátil nacional y basándose en algunas pruebas econométricas, en Costa Rica una buena parte de la economía financiera no funciona, que la estructura temporal de tasas de interés no dice nada sobre las expectativas de tasas de interés, y mucho menos sobre la evolución futura de las mismas, incluso llega a afirmar que en Costa Rica “la carreta parece ir delante de los bueyes”.

Cuando se trata de analizar fenómenos complejos, el análisis propio/individual es muy importante, pero observar el mercado es imprescindible.

Es finalmente en este ámbito donde interaccionan los participantes, pasando de las ideas a la práctica, tomando decisiones que los afectan directamente.

Despreciar las observaciones de mercado puede llevar a errores constructivistas enormes, como pensar que alguien, o un grupo de personas, están en capacidad de modelar fenómenos con cientos de variables inmanejables.

Con poco adorno el señor Esquivel indica: “al no ir más allá del libro de texto e ignorar si la evidencia empírica respalda su planteamiento para el caso que nos ocupa, me parece que quien comete el error de bulto es don Melvin” y procede a ‘demostrar’ su afirmación, basándose en los siguientes tres aspectos: volatilidad, correlación y causalidad.

Volatilidad del spread 1-5 años: Esquivel desestima el spread tico argumentando que es casi el doble de volátil que el estadounidense. Primero hay que dejar claro que la volatilidad no es para nada mala.

Sir Ronald Fisher, estadístico, matemático, biólogo y genetista inglés, defendía que en la volatilidad está la información, o sea, solo tenemos que saber tratar esa volatilidad; para ello un primer paso es normalizar o estandarizar las variables.

Veamos un ejemplo cotidiano: Cuando una persona pesa 208 kg, puede bajar o subir “fácilmente” 10 kg de un mes a otro. Mientras que una persona que pesa 80 kg bajaría 3,8 kg de un mes a otro.

Si comparamos los cambios vemos que son mucho mayores -2,6 veces- en el primero respecto al segundo, pero en términos relativos son exactamente iguales. La razón entre el spread 1-5 años de Costa Rica y el de EE. UU. es esa: 2,6 veces, con esto descartamos la primera “prueba” de la carreta fantasmal.

Correlación y causalidad entre el spread 1-5 años y las tasas de interés: Según Esquivel, no hay mayor relación entre estas dos variables, e incluso dice que la relación práctica que él encontró es inversa a la teórica.

No crean que es porque en Costa Rica estamos creando nuevas teorías, es que algunos análisis olvidan tomar en consideración las viejas grandes teorías.

Irving Fisher, economista, estadístico y progresista norteamericano, dejó claro el tratamiento que se le debe hacer a las tasas de interés, pero lo hizo hace ya casi 100 años, por lo que es posible que no pocos lo hayan olvidado. Él señalaba la importancia de separar las tasas nominales de las reales.

Cuando usted ahorra ¢1, lo hace porque usted espera que con ese mismo colón pueda comprar más en el futuro, o sea, si le pagan una tasa de interés -nominal- de 10% en el banco, en torno a un año usted tendrá ¢1,1, si la inflación es de 5%, entonces usted podrá comprar 5% (10% - 5%) más por esa decisión de ahorrar.

En este ejemplo, usted afrontó una tasa nominal de interés de 10% y una real de 5% (tasa nominal menos inflación). No es lo mismo una tasa de interés -nominal- de 7% con una inflación de 5% que con una de 3%.

Por eso, para el caso “especial” de Costa Rica, donde también aplica la teoría económica, el proceso de disminución de la inflación que ha gestado el Banco Central de Costa Rica (BCCR) hay que tomarlo en cuenta, como sugería Fisher hace casi 100 años.

Analizando el periodo de los últimos 28 meses se puede crear el gráfico que ilustra este artículo, donde se observa una fuerte relación entre el spread rezagado (de hace 3 y 8 meses) y la tasa de interés del nodo de un año, correlación de 49% con el tercer rezago y de 73% con el octavo rezago, donde esos dos rezagos del spread causan la tasa a 1 año, según Granger (prueba de causalidad utilizada para probar si una variable puede explicar otra).

De esta forma, considerando herramientas básicas de análisis de datos y la separación entre tasas nominales de las reales, se puede afirmar -como lo sugiere la economía financiera- que el spread es un buen indicador y predictor de las expectativas de cambio en las tasa de interés.

Finalmente, es importante mencionar cómo en las últimas semanas, tanto el BCCR como el Ministerio de Hacienda, han venido trabajando la parte media/larga de la curva para disminuir el empinamiento, y el mercado momentáneamente los sigue. Por ejemplo, el 13 de abril se dieron inversiones por cerca de ¢100.000 millones en esa parte.

Una buena formación de la curva soberana es una responsabilidad indirecta de estos dos participantes.