Columna Conectados: ¿Por qué la gente cree en las teorías de la conspiración?

El sesgo cognitivo de confirmación hace que la gente busque y acepte como verdadera la información que apoya sus propios puntos de vista, mientras que descarta la que los contradiga

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Toda la vida ha habido teorías de la conspiración. Su número podría ser infinito. Algunas, por ejemplo, señalan que el aterrizaje en la luna fue simulado, que existe un grupo de Illuminati que controla los acontecimientos mundiales, que el coronavirus se transmite por las redes 5G, o la versión criolla de “¿Cuál pandemia?”. Por supuesto, todas falsas.

Nadie es inmune a identificarse con alguna de estas teorías. Sin embargo, su amplia difusión por medios virtuales ha llegado a ocasionar problemas serios en el mundo real. Entonces, ¿por qué la gente cree tan fácilmente en las teorías de la conspiración? A continuación, algunas posibles razones.

La primera razón y, quizás la más simple, es que la gente prefiere sentirse cómoda con sus pensamientos a estar en lo correcto. Las teorías de conspiración son reconfortantes desde un punto de vista psicológico.

Desde un punto de vista evolutivo, el cerebro humano está hecho para reconocer patrones rápidamente. Esta capacidad fue útil para la supervivencia de nuestros ancestros. Sin embargo, la pérdida de racionalidad en favor de agilidad implica que muchas veces se conecten puntos incorrectamente y se tracen historias donde no las hay.

Otro motivo se relaciona con el hecho de ser animales sociales. Si el grupo social al que se pertenece tiene una creencia, los miembros la aceptan. La sobreexposición a determinadas ideas permite brindar cohesión a los grupos en torno a una particular visión del mundo.

Las teorías de la conspiración ayudan a reforzar la línea divisoria entre el "nosotros" y "ellos" en grupos con ideologías diferentes.  Son un instrumento táctico para ganar simpatizantes o crear aversión hacia otros grupos.

También existe la explicación teleológica. La gente cree que cuando sucede algo es porque alguien tenía alguna razón para hacerlo. Es decir, muchos creen que todo pasa por algún motivo. Para ellos es inconcebible que algo ocurra por puro azar.

El sesgo cognitivo de confirmación hace que la gente busque y acepte como verdadera la información que apoya sus propios puntos de vista, mientras que descarta la que los contradiga.

Por último, en épocas de crisis y alta incertidumbre, las teorías de la conspiración ofrecen explicaciones simples a temas complejos de entender. Permiten encontrar responsables de las situaciones que ocurren y brindan una ilusión de control en medio de la ansiedad y el miedo.