Columna Contrapunto: La esencia del árbol

Opinión sobre el editorial anterior. Marca país: lo esencial. Edición 936

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Puede decirse que una marca es como un árbol, pero como las semillas que sembramos, no todas llegan a germinar. Su crecimiento lleva cierto tiempo de espera y cuidados especiales. Una marca país debe tener presente no solo el momento de su creación sino toda la continuidad y consistencia que necesita.

Si se utiliza adecuadamente el fertilizante que significa una buena comunicación puede acortarse el plazo y ver frutos alentadores pronto. La experiencia demuestra que un apoyo acertado hace florecer el interés por una marca y más si es de nuestro propio país. En este caso, vemos una marca país no del todo original, pero muy válida para el momento que vive Costa Rica.

Recordemos que las marcas son sustantivos familiares para muchas personas y provocan reacciones favorables o desfavorables, que suelen ser independientes de los mismos países que identifican. Por eso es más que esencial ser claros, sencillos y representar fielmente la oferta de cada sector. En nuestro caso lo esencial de ser sencillos se pierde al querer decir todo de una sola vez sin considerar que cada público espera un mensaje diferente dentro de una misma esencia de marca que la resume.

En apariencia frágil, como una mención que se repite o una simple imagen colocada al final de un anuncio, una buena marca tiene un peso comercial que es, muchas veces, muy superior a lo que representa.

El prestigio de una marca país y la credibilidad o atracción que ejerce, no solo incide en el presente, también es parte integral del futuro. De ahí su responsabilidad al crecer. Se debe tener muy en cuenta que es como un árbol que existe para dar buena sombra a todos los habitantes de una nación.