Somos testigos en forma diaria de cómo la tecnología evoluciona y como nuestras formas de comunicación cambian sin opción al retroceso.
Sin embargo, el comportamiento humano permanece estático desde que tenemos memoria como sociedad.
El bienestar del ser humano y su prevalencia en este universo dependen de nuestra habilidad de aprender de nuestros errores del pasado. Asimismo, del convencimiento de lo pernicioso que es tomar decisiones que favorezcan los intereses individuales sobre los colectivos.
Conscientes de lo anterior como organismo que representa y lidera al sector empresarial formal de Costa Rica, y que reúne a cerca de 10.000 empresas, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociados del Sector Empresarial Privado (Uccaep) ha promovido sistemáticamente un código de buenas prácticas entre sus agremiados.
Ejemplo de esto es la publicación de la Guía de Diagnóstico Empresarial que estimula la aplicación de normas éticas y una gestión transparente.
Se habla de grandes trasnacionales que suscriben marcos de actuación éticos y altos valores en sus operaciones, pero es importante resaltar que el 95% de las compañías en el país son pymes.
Pequeños empresarios con grandes sueños, personas que como usted o como yo añoramos un país exitoso y lleno de oportunidades para nuestros hijos y nietos.
Esa Costa Rica no se visualiza en el horizonte a menos que todos actuemos en forma ética, como expresó Martin Luther King: “El tiempo siempre es el correcto para hacer lo correcto”.