Columna Contrapunto: Sobre soberanía alimentaria

Comentario sobre el editorial anterior: Un lobo con piel de oveja Edición 1.019

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Proteccionismo es como cuando se negocia un TLC con Centroamérica y los negociadores gringos nos dicen que los subsidios agrícolas americanos se discutirán en la OMC.

Es como cuando los americanos piden a los chinos que evalúen su moneda para tener menor competencia de productos chinos. Y es como usar los impedimentos no arancelarios para impedir la importación de nuestros productos: como EF dice que nosotros creemos que no se hace en Costa Rica, y como hacen todos los países industriales, especialistas en barreras por enfermedades, residuos de los plaguicidas que nos venden, condiciones laborales de producción.

Subsidio es como lo que tiene el azúcar nuestro para proteger a nuestros agricultores de la protección americana y europea que no pueden competir con el azúcar mundial.

Hay una agrofobia entre los neoliberales que consideran que todavía hay que desproteger más a la agricultura (menos al azúcar, por supuesto), y que juzga cuantiosos los recursos de la Banca de Desarrollo: esperamos que funcione.

Esa agrofobia no les permite ver que la seguridad alimentaria depende de defender la producción local. Ni que a la larga el mayor daño que se les puede hacer a los consumidores es acabar con la producción local por aberraciones trasnochadas de libertad de comercio, entre las que están la de producir solo lo que no sea más barato importar.

El ministro Arauz sabe lo que hace: la seguridad alimentaria busca proteger la producción local de las majaderías ideológicas y los intereses comerciales de unos pocos, porque los precios de los alimentos son muy inestables, y nadie nos va a alimentar en caso de una carestía.