Me refiero al editorial publicado en la edición anterior, a efecto de aclarar conceptos erróneos que generan confusión y mensajes inexactos. Desde hace años, el Ministerio de Hacienda viene defendiendo su rectoría en materia de compras públicas. Quizá para algunos este concepto es vago y una pérdida de tiempo, no así para el sector público que debe trabajar bajo lo que explícitamente le dicta la ley.
Vía decreto, la Administración anterior obligó a los órganos de la Administración Central a utilizar la plataforma tecnológica KONEPS, de origen coreano y desarrollada por Samsung, la que se ajustó al entorno nacional y se denominó Mer-link. Por razones propias de nuestro Estado de derecho, Merk-link debe ajustarse en tres puntos: contratos marco, convenios marco e intercomunicación con el sistema Sigaf. Mientras esto se logra, el proceso de la decisión ya tomada sigue adelante.
Llama la atención la afirmación del editorialista al expresar que es “falso” que Mer-Link no tiene conexión con Sigaf. Registros en Hacienda indican que no se completaron en forma satisfactoria las pruebas respectivas. Además, me resulta incomprensible que se imagine nuestro pensamiento al asegurar que “no es difícil imaginar que Hacienda solicite cambios inaceptables”.
Sicop no es un tercer sistema, es la plataforma computacional de Mer-link, pero ahora a disposición de Hacienda para que, de forma gradual, todas las transacciones de CompraRed migren a Sicop. La decisión de trasladar Mer-link a Racsa, entidad que brindaría el servicio a Hacienda, fue del ICE. Las viejas discusiones han quedado superadas, el país precisa respetar los acuerdos y dar espacio para que cada actor haga lo suyo.