Esta semana que pasó participé en la I Conferencia Internacional de Viva Trust con líderes de sociedad civil de todo el continente que compartieron su conocimiento, sabiduría, experiencias y lecciones.
Entre las ideas maravillosas que recibimos se encuentran las siguientes:
Un mundo sin basura y en que los desechos de unos son la fuente de riqueza y de dignidad para otros; en este caso para más de 4 millones de latinoamericanos.
Cómo algunos políticos excepcionales hablan de la necesidad de cambiar, de una sociedad basada en individuos responsables y de la apertura de espacios para la colaboración entre sectores.
Vimos cómo los empresarios asumen liderazgo en diversas naciones para, por medio de la responsabilidad social, contribuir a construir sociedades más justas, equitativas y sostenibles.
Escuchamos a jóvenes costarricenses explicar sus proyectos sobre la ecoeficiencia del transporte, la recuperación de las ciudades y la reducción de la exclusión estudiantil, todos ya en marcha con innovadoras estrategias.
Entendimos cómo hay que comunicarse con los discapacitados y cómo comunicar a otros lo necesario para eliminar la discriminación.
Comprendimos cómo la discriminación y falta de oportunidades para las mujeres nos privan de una mayor productividad y de acceso a una mejor calidad de vida.
Y vimos cómo el ingenio y el compromiso superan barreras para llevar salud a miles de mujeres de escasos recursos en las comunidades indígenas de Argentina.
Entendimos que es mejor estar juntos que estar de acuerdo, siempre que haya respeto, transparencia y espacios para la participación; que el amor por la familia y la comunidad son poderosos instrumentos para el cambio individual.
Vimos cómo la música puede alejar a los jóvenes del vicio, de las tentaciones y darles la disciplina para alcanzar metas valiosas en sus vidas...
Fuimos inspirados.