Consejos para cuidar su salud mental y evitar una segunda pandemia

Son muchas las cosas que podemos hacer para incentivar la salud mental: educándonos, incorporando hábitos de vida más saludables y practicando el autocuidado

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Estamos sintiendo ya los efectos de una “segunda pandemia”, como popularmente se le ha conocido, la de la salud mental. Actualmente muchas personas expresan abiertamente el malestar que están experimentando y no solo a raíz de la pandemia, sino también de las demandas diarias tanto en el hogar, como en el trabajo y la vida social.

Según un artículo escrito por Luis Ximénez, 2021, y denominado “La COVID-19 trae una segunda pandemia en forma de problemas de Salud Mental para todos”, se menciona que de acuerdo con “especialistas reunidos en un encuentro desarrollado por la Fundación Bamberg han confirmado que la enfermedad causada por la COVID-19 conlleva una segunda pandemia que se traduce en diversos problemas de Salud Mental entre los ciudadanos”. (p. 1)

Con base en este mismo artículo, “esta afirmación, apuntada ya por la Organización Mundial de la Salud (OMS), fue acreditada durante esta jornada centrada en la Salud Mental tras más de un año de pandemia”. (p.1)

Por otra parte, de acuerdo con la revista El Economista edición del 4 de junio del 2021, “así lo demuestran estudios como el realizado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en 2020, que señala que el 60% de los empleados sufren depresión o ansiedad. Por otra parte, la mitad de los días laborables no productivos son consecuencia de los efectos nocivos del estrés en la salud de los trabajadores”. Según este mismo estudio, la afectación en la salud mental de los colaboradores (as) no solo afecta su bienestar, sino que además su rendimiento laboral.

Por lo tanto, es fundamental tener un rol activo y protagónico en la intervención y promoción de la salud mental, de lo contrario los costes humanos y costes económicos, pueden ser muy altos. Tomar conciencia de esta realidad, pero sobre todo saber qué hacer para promover la salud mental, convirtiéndonos en entes activos y evitando que la depresión, el estrés y la ansiedad consuman nuestra energía, ilusiones, calidad de vida e incluso relaciones.

En este sentido, una de las claves es la formación y educación en temas de salud mental, por ejemplo, conociendo qué es la salud mental, cuáles son los síntomas de la depresión, de la ansiedad y del estrés.

¿Cuáles son los disparadores de estas patologías a nivel mental?, hay disparadores actuales, o ¿existen disparadores que se han venido trayendo a lo largo del tiempo?, ¿cómo ayudarme si estoy teniendo problemas de salud mental y cómo ayudar a otras personas?, estos aspectos psicoeducativos son fundamentales para promover activamente la salud mental.

Ahora bien, hay otro elemento asociado al tema de educación, y es el de promover principios y prácticas de autocuidado que nos ayuden a sentirnos mejor y fomentar una vida más sana y equilibrada. El autocuidado se refiere fundamentalmente a todas las prácticas de cuidado y amor propio que podamos ejecutar y practicar en la cotidianidad. Estas prácticas pueden llevarse a cabo tanto en el trabajo como en la vida diaria. Como por ejemplo:

  1. Evaluar cómo está mi vida: ¿me siento bien, con saturación de trabajo y deberes?, ¿con equilibrio y tiempo para trabajar, compartir con mi familia, amigos y espacios de descanso?. La evaluación es de gran importancia ya que nos permite ubicar en qué nivel estamos.
  2. Prestar atención a mis emociones, identificar, ¿cómo estoy, cómo me siento? y ligado a esto permitirme espacios para reflexionar, meditar, llorar, hablar y escuchar. Los espacios de introspección y revisión personal son de gran riqueza, ya que nos permiten conectarnos con nosotros mismos (as), con lo que sentimos y lo que necesitamos; promoviendo el autoconocimiento y la canalización emocional.
  3. Establecer tiempos para el descanso: es fundamental establecer tiempos y periodos de descanso y respetarlos. En ocasiones podemos caer en el vicio de tratarnos como “máquinas”, pero somos seres vivientes, necesitamos del descanso, para funcionar adecuadamente incluso para ser personas productivas. La sobrecarga de deberes, ligado a la falta de descanso, pueden elevar los niveles de cortisol y por ende aumentar la experimentación de estrés y de ansiedad.
  4. Practicar la higiene del sueño: este aspecto está ligado al anterior. El sueño es fundamental ya que permite el reposo del cuerpo y de la mente, ayudando incluso a evitar enfermedades crónico- degenerativas; incentivando la energía, el buen ánimo y la estabilidad emocional. La World Sleep Society tiene 10 mandamientos de la higiene del sueño para adultos, entre éstos están: establecer un horario regular para irse a dormir, evitar la cafeína seis horas antes de acostarse, hacer ejercicio regularmente, pero no antes de acostarse; bloquear el ruido y eliminar la mayor cantidad de luz.
  5. Efectuar actividad física: el ejercicio es fundamental para la salud física y mental, ya que promueve la segregación de neurotransmisores del bienestar como las endorfinas, que son mensajeros químicos que contribuyen con el ánimo; se dice que el ejercicio es el “antidepresivo natural”. Al ejercitarse, la persona se siente bien, animada, tiene mayor fortaleza para afrontar las situaciones difíciles. Contribuye con la relajación y por ende, la disminución de la experimentación del estrés, además contribuye con la fluidez del oxígeno en el cerebro.
  6. Alimentarse sanamente y disfrutar de los alimentos: es imprescindible comer alimentos que contribuyan a nuestra salud física y que nos ayuden a sentirnos bien, con energía y sin pesadez. Como los frutos rojos, verduras, y buenas porciones de carbohidratos y proteínas, alimentos de acuerdo a las necesidades propias de nuestro cuerpo. Además, respetar los tiempos de comida, y disfrutando del consumo de dichos alimentos.
  7. Consumir agua: según estudios el cerebro está compuesto entre un 70% a 80% de agua, cuando no consumimos este líquido podemos experimentar fatiga y alteraciones en el estado de ánimo.
  8. Reír y abrazar: ambas acciones dan alegría a las personas y esto en parte es que al hacerlo se segregan también endorfinas y oxitocinas que como hemos mencionado, contribuye con el bienestar emocional y mental. Es importante tomarnos tiempo para reírnos, tomar la vida con más filosofía, disfrutando de cada una de las experiencias y tomándolo con buen sentido del humor. Expresando afecto a nuestros seres queridos y permitiendo también que estos nos expresen su aprecio.

Es un hecho que la “segunda pandemia”, la de la salud mental, nos ha venido cobrando factura, sin embargo, son muchas las cosas que podemos hacer para incentivar la salud mental y el primer paso comienza con nosotros (as) mismos (as), educándonos en temas de salud mental, incorporando hábitos de vida más saludables y practicando el autocuidado. Esto nos permitirá ser personas más saludables, equilibradas y productivas; así como ayudar a otros (as) también a mejorar su calidad de vida.