Contrapunto: Costa Rica es un país caro per se

Opinión sobre el editorial anterior. Desafíos turísticos. Edición 912.

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Si bien es cierto el editorial de El Financiero “La desafíos turísticos” tiene conclusiones válidas, estas provienen de una distorsión de la realidad que ha atacado a este sector y del cual no hemos podido desmarcarnos desde hace varias décadas: la hotelería y el turismo en Costa Rica son caros. Lo primero que hay que aclarar es que Costa Rica es un país caro per se y, por lo tanto, el turismo solo es un eslabón más de esta cadena que le está restando competitividad al país.

Ahora bien, nadie puede negar que Costa Rica inició un largo proceso de posicionamiento para un turista más sofisticado en la década de 1990 y el precio de ello es una hotelería de 5 y 6 estrellas que se hace inalcanzable para la mayoría de los turistas nacionales de clase media. No obstante, en lugar de considerar esto como un retroceso o una situación negativa, debería ser motivo de orgullo. ¿Cuánto nos enorgullece saber que un quintal de café se vendió en más de $2.000 en Japón? Una noticia que ha ocupado la primera plana en los periódicos de circulación nacional. Sin embargo, en el sector turístico no hemos podido replicar esa alegría cuando tenemos habitaciones con tarifas de entre $600 y $700 la noche. ¿A qué se debe este comportamiento por parte de nuestros clientes nacionales? Hay muchas respuestas a esta interrogante, pero no existe un estudio real por parte de las instituciones del Gobierno o el sector privado que acierte en el punto.

Una explicación menos científica. Tal vez ayuda con esta percepción que el costarricense también se ha convertido en un turista sofisticado, pero con un poder adquisitivo inferior al turista extranjero. ¿Es culpa del sector? Ciertamente no.