Contrapunto: El cambio no es pan comido

Opinión sobre el editorial anterior. Eficiencia Energética. Edición 889.

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Se habla mucho sobre las oportunidades ambientales, económicas y tecnológicas que significaría la introducción del gas natural licuado (GNL) en la matriz energética del país, sustituyendo a derivados de petróleo.

Es importante disminuir el tono optimista que parece trasmitir el editorial de EF, pues no se trata simplemente de sustituir compras de derivados de petróleo por GNL.

1. El gas natural está mayoritariamente compuesto por metano, con CO2, vapor de agua, nitrógeno, sulfuro de hidrógeno y otros hidrocarburos de mayor tamaño molecular. El GNL se obtiene después de una serie de operaciones de purificación y posterior licuación a 162 °C bajo cero. Esto se realiza para eliminar a los otros componentes y reducir el volumen de la masa del metano así purificado.

2. Lo anterior podría creerse que no fuera un asunto relevante a Costa Rica. Desembarcar petróleo, diesel , búnker o aún gas licuado de petróleo (GLP) es menos complicado que hacer lo mismo para GNL. La temperatura de ebullición de los componentes del GLP es más de 100 °C mayor. Por razones de seguridad, ¿en donde se construiría la terminal de desembarco? La infraestructura y procedimientos requeridos para GNL son más elaborados y eso requiere planificación e inversión. Para transporte, el asunto tampoco es inmediato por las mismas razones.

3. En el caso domiciliario, se requeriría una red subterránea de tuberías para la distribución del gas o cilindros de construcción más compleja.

En síntesis, conviene tener claro que a pesar de conveniencias derivadas de la adopción del GNL en Costa Rica, el cambio no es pan comido.