Contrapunto: Tenemos esperanza

Progreso social en Costa Rica. Edición 968

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Por ocho décadas el indicador creado por el economista Kusnets, la medida del Producto Interno Bruto (PIB), ha servido para estimar el desempeño económico de las naciones.

Informes de la prensa comentan que el Índice de Progreso Social se difunde como recurso evaluativo complementario. Enhorabuena.

Se trata entonces de mirar la capacidad productiva, competitiva y de innovación, desde las personas: una “economía para la gente”, “ para la vida”.

Resulta históricamente apropiado que la capacidad de una sociedad para proveer bienes y servicios con calidad, cobertura y oportunidad sea un referente para la evaluación de su desempeño. Y que también lo sea la huella ecológica o el disfrute de derechos y su capacidad de universalización.

Conocer que otras formas de valoración de las economías son posibles, evidencia que hay en nuestro tiempo posibilidad de cambiar para bien. Somos capaces de humanizar la economía y colocar el bienestar de las personas en el centro de los objetivos económicos. El mundo de los especialistas económicos debe cambiar en ese sentido a riesgo de su propia obsolescencia.

Imaginemos que estos aportes conceptuales e instrumentales, permearán los círculos evaluadores del riesgo económico de los países. Si ello ocurre, las escalas de calificación se transformarán y será entonces la capacidad de los países para satisfacer las necesidades de sus habitantes,y la preservación del patrimonio natural y cultural, por ejemplo, las base para rendir cuentas del desempeño económico. Si hacemos bien las cosas, si somos capaces de concertar una ruta para el desarrollo humano, Costa Rica tendrá una buena calificación.

Tenemos esperanza.