Cooperación internacional: aliada del conocimiento

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La investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+I), se han convertido en piezas esenciales para el desarrollo de cualquier país, marcando la senda para una sociedad basada en el conocimiento. Es aquí donde la cooperación internacional juega un papel fundamental como habilitador del financiamiento y la guía necesaria para ejecutar adecuadamente esos recursos, de manera tal, que se puedan implementar muchas de las acciones propuestas.

Costa Rica ha entendido el peso del avance científico–tecnológico en el crecimiento económico y social del país. El Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015-2021, se propone impulsar la ciencia, tecnología e innovación a altos niveles de productividad y competitividad. Esto con el fin de convertir al país justamente en una sociedad basada en el conocimiento.

Lograr este objetivo no es tarea fácil ni exclusiva de las autoridades gubernamentales; se requiere la participación de todos los sectores.

En la Fundación Costa Rica– Estados Unidos para la Cooperación (Crusa), la cooperación internacional, orientada hacia la ciencia y la tecnología, es facilitadora para crear competencias, construir sociedades del conocimiento e introducir criterios de excelencia en los procesos de investigación, desarrollo e innovación.

Sin embargo, en la actualidad los países de renta media como Costa Rica, se enfrentan al reto de responder con agilidad a esquemas de cooperación más dinámicos, competitivos y con alto grado de exigencia.

Costa Rica debe abordar una serie de desafíos que limitan al país para tener mayor participación en las diversas acciones de la cooperación internacional; por ejemplo, se deben establecer políticas nacionales de largo plazo, que promuevan modelos de cooperación en I+D+I sostenibles y articulados con la estrategia de desarrollo del país.

Adicionalmente, se deben definir las áreas críticas en la agenda nacional de cooperación, en aras de garantizar un desarrollo sostenible, mejoramiento de la competitividad y el bienestar colectivo.

En el tanto se continúen estableciendo “áreas prioritarias” desarticuladas entre los sectores, menores serán las posibilidades de beneficiarse de las acciones de cooperación.

En la Fundación Crusa consideramos esencial que exista una efectiva coordinación interinstitucional entre Gobierno Central, instituciones autónomas, instituciones de educación superior, sectores productivos y organizaciones no gubernamentales.

Para gestionar adecuadamente la agenda nacional de cooperación en I+D+I, se les debe dotar de capital humano altamente calificado y de recursos financieros. Solo así se podrán implementar una serie de acciones que son necesarias, por ejemplo: conformar grupos de excelencia, abrir Centros Nacionales de I+D+I y crear un sistema de incentivos para promover la participación de los sectores productivos en el modelo de cooperación.

Paralelo a esto, se debe garantizar una efectiva transferencia de conocimientos a la sociedad y los sectores productivos por parte de las instituciones de educación superior, de manera que los resultados de la investigación atiendan sus necesidades.

Por último, pero igual de importante, se debe impulsar una disposición nacional para el manejo de idiomas, especialmente el inglés. Esta carencia, resta oportunidades a los grupos de I+D+I para vincularse a nivel internacional.

Sin duda alguna, Costa Rica debe apostar por una agenda de cooperación internacional en investigación, desarrollo e innovación proactiva, articulada e inclusiva, para maximizar esfuerzos y aumentar su rentabilidad.

La Fundación Crusa seguirá siendo un socio estratégico del país, para alcanzar ese importante objetivo de convertir a Costa Rica en una sociedad basada en el conocimiento.

El autor es presidente de la Fundación Crusa.