Editorial: Continúa la fragmentación legislativa

Es probable que el fenómeno del transfuguismo se repita con diputados independientes que salpicarán pronto el plenario legislativo

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Muchos se han alegrado por la reducción de un partido en el escenario legislativo, viendo en ello escenarios de mayores acuerdos y entendimientos parlamentarios. Empero el panorama no es tan halagüeño, seis partidos es todavía un número importante que incorpora en las negociaciones a variados interlocutores y de muy diverso pelaje político ideológico.

La composición político-ideológica se simplifica un poco, pues los partidos centristas (Partido Liberación Nacional y Partido Unidad Social Cristiana) podrían alcanzar juntos la mayoría simple. Sin embargo, el acuerdo entre ellos no será el mismo del pasado, pues el PUSC carece de una dirigencia nacional y ello augura transfuguismo parlamentario, derivado de un partido heterogéneo, parecido a una confederación de feudos provinciales. El PLN no pareciera sujeto a esas fuerzas centrífugas, a pesar de los fallidos intentos de sus alcaldes por promover la política cantonal en perjuicio de los objetivos nacionales. Ambos corren de nuevo el riesgo que su cercanía parlamentaria haga resucitar al fantasma del PLUSC, estigmatizado por amplios sectores ciudadanos.

Los partidos ideológicos (Frente Amplio y Liberal Progresista) cuentan con una buena presencia legislativa que añadirá calidad e intensidad a los debates legislativos más allá del inmediatismo cortoplacista de los partidos efímeros que desaparecen con cada elección (el Partido Integración Nacional, por ejemplo).

El Partido Liberal Progresista (PLP) anuncia sus planes de liberalización de la economía y de reforma del Estado, aunque también lanza la advertencia de una rígida oposición a proyectos estatistas. Por su parte, el Frente Amplio, se posiciona como defensor de las causas populares y se promueve como dique de contención frente a los proyectos neoliberales.

Las minorías ideológicas ejercerán estratégicamente su poder de veto para impedir la aprobación de proyectos contrarios a sus agendas principistas.

Nueva República es nuevo como estructura formal pero representa una base social significativa que añadirá elementos de discusión en torno a los valores presentes en el imaginario social, aunque sus posiciones tienden a polarizar los debates y harán difíciles los acuerdos en temas de tipo sociocultural.

El Partido Progreso Social Democrático (PPSD) es la gran incógnita de esta nueva asamblea y su futuro político estará marcado por los resultados de la segunda ronda. Si resulta ganador tendrá ante sí la ardua tarea de construir mayorías con una minoría legislativa. Si pierde verá en riesgo su permanencia dado el fuerte punto de atracción y oposición que ha significado la personalidad de su candidato y lo frágil de una estructura reciente.

El PLN será la fracción más fuerte y en caso de victoria gozará de capital político para llevar adelante sus proyectos, particularmente en sus primeros días de gobierno en que gozará de poder para fijar la agenda legislativa por primera vez en el inicio de un gobierno.

El panorama legislativo augura alianzas temáticas más que alianzas orgánicas de largo aliento, el nuevo presidente de la República deberá escoger un ministro de la presidencia ducho en el difícil arte de la política, preferiblemente con experiencia parlamentaria anterior, los gobiernos de unidad nacional no están en el orden del día. El Poder Ejecutivo con minoría legislativa continuará siendo la nota dominante.

Las mayorías de 38 votos seguirán constituyendo tareas titánicas y los nombramientos de magistrados y alteraciones del orden del día serán objetivos muy difíciles de alcanzar.

Independientemente de los proyectos que el nuevo presidente envíe a Cuesta de Moras una de las primeras batallas que se avecina será la de los proyectos que queden pendientes del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

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La Asamblea actual nos ha mostrado como el transfuguismo parlamentario es una realidad originada en la gran debilidad de las identidades político partidarias y es probable que el fenómeno se repita con independientes que salpicarán pronto el plenario legislativo.

La dispersión de fuerzas legislativas añadirá pronto nueva importancia a las instancias de control político y a las comisiones de investigación legislativa.

Independientemente de los proyectos que el nuevo presidente envíe a Cuesta de Moras una de las primeras batallas que se avecina será la de los proyectos que queden pendientes del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Acuerdos parciales, acuerdo nuevo y renegociación quedan sobre la mesa, estás discusiones marcarán el rumbo del proceso legislativo y del nuevo gobierno.