Editorial: Déficit fiscal e incertidumbre

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En este editorial hacemos una reflexión sobre los riesgos de la situación fiscal a propósito de una entrevista a Helio Fallas, publicada en nuestra edición anterior. Dice el ministro de Hacienda que sigue “sufriendo mes a mes” por la consecución de recursos para financiar el déficit fiscal. Tiene razón. Este “sufrimiento” era previsible desde hace muchos años.

Sin embargo, la posición actual del Gobierno, de “sufrimiento”, contrasta con las alegres posiciones asumidas antes de llegar al poder. El actual presidente de la República dijo en la campaña electoral –según informó el EF el 13 de febrero del 2014– que un alto déficit era “administrable” y que se podía pasar dos años sin reforma fiscal.

Para el próximo año nuevamente existirán importantes riesgos macroeconómicos derivados del alto nivel de déficit fiscal, según el proyecto de Presupuesto Nacional de la República presentado por el Poder Ejecutivo.

En la entrevista el ministro evade referirse explícitamente a estos riesgos. Cuando le preguntamos si tendremos que enfrentarnos a una nueva llamada de atención de las calificadoras de riesgo responde que “hay que esperar un poco”. ¿Esperar qué? Fallas afirma que la aprobación en primer debate del proyecto de ley contra el fraude fiscal es un mensaje del avance de la agenda fiscal. Pero en la misma edición de EF una de las empresas calificadoras afirma, con lenguaje diplomático, que en realidad los proyectos importantes son el impuesto de renta y el IVA.

En el 2016 Hacienda ha financiado el déficit en el mercado local sin aumentos en las tasas de interés. ¿Por qué ocurrió lo anterior? Principalmente, porque durante este año la reducción de los precios internacionales del petróleo y la estabilidad internacional de tasas de interés permitieron que el Banco Central siguiera una política monetaria expansiva con la cual se podido financiar al sector privado y al Gobierno Central con tasas de interés bajas.

¿Se podrá financiar el déficit del 2017 con las actuales bajas tasas interés? En la entrevista don Helio responde vagamente: “ese cálculo no lo tenemos” y “depende de muchas cosas”. La realidad es que la respuesta depende de cuáles sean las circunstancias externas e internas. Va a depender del ambiente externo, en particular si hay o no un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos como parte de la política monetaria de la Reserva Federal. También va a depender del comportamiento del precio internacional del petróleo y de otras materias primas.

Hay factores internos que pueden afectar a las tasas de interés locales. Un factor clave será la política monetaria del Banco Central y la visión de riesgo que tengan los inversionistas locales y externos sobre la capacidad del Gobierno Central para atender su deuda.

Lamentablemente, la estabilidad del país se convierte en una ruleta rusa a causa de los déficits pasados y el nuevo déficit proyectado para el 2017. Si no hay aumentos de las tasas de interés externas y si los precios del petróleo se mantienen bajos, es posible que el Banco Central pueda seguir con una política monetaria expansiva. En este ambiente se puede repetir en 2017 la misma historia del 2016, de estabilidad a pesar del abultado déficit fiscal.

Por el contrario, si el ambiente externo se modifica, si aumentan las tasas de interés en el mercado internacional y si hay algún aumento en el precio internacional del petróleo, nuestra economía entraría en un escenario de mayor riesgo para financiar el déficit fiscal y observaríamos aumentos en las tasas de interés locales, con las consecuencias que esto tendría en la inversión y generación de empleo.

No podemos pronosticar cuál de los dos escenarios se presentará en el 2017. Pero queda claro que el alto déficit fiscal nos pone en una situación de vulnerabilidad ante cambios adversos en las condiciones externas.