Editorial Desdolarización: ver para creer

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E l presidente ejecutivo del Banco Central de Costa Rica, Rodrigo Bolaños, propuso, recientemente, iniciar un proceso para que las familias y empresas del país usen cada vez más el colón, en vez del dólar, en sus depósitos y créditos en el sistema financiero nacional.

La propuesta es para desdolarizar, o colonizar, la economía del país. Es un tema importante y, por eso, en la edición de esta semana le dedicamos un amplio reportaje para explicarle a nuestros lectores las causas y consecuencias del fenómeno de la dolarización parcial de la economía de Costa Rica, así como las posibilidades reales de dar marcha atrás en este proceso.

Una porción importante de la economía costarricense se maneja en dólares. El 48% del saldo de los créditos y el 41% del saldo de los depósitos bancarios corresponde a dólares. En los últimos dos años ha existido una disminución de la proporción de los depósitos en dólares, pero lo contrario ha ocurrido en la proporción de créditos en esa misma moneda.

La dolarización va más allá del sistema financiero. Hay muchas transacciones de la economía local cuyos precios se expresan en dólares, tales como la venta de propiedades, el alquiler de oficinas y viviendas, los vehículos, las computadoras, la maquinaria, etcétera.

Asimismo, muchas empresas también realizan sus presupuestos y pagan los salarios de sus ejecutivos en dólares.

¿Por qué hay tanta dolarización en la economía costarricense?

Al menos debemos señalar dos causas. Primero, la economía costarricense es pequeña y muy interconectada a la economía mundial, particularmente al área del dólar. El índice de apertura de la economía, la suma de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios como proporción de la producción ha oscilado entre el 80% y el 104% en los últimos diez años.

Adicionalmente, los flujos de inversión extranjera directa y de capital financiero han sido muy importantes. Muchas de las empresas de mayor tamaño son transnacionales y operan fundamentalmente en dólares.

En segundo lugar, en las últimas cuatro décadas el colón ha tenido un desempeño ineficiente en la función de conservar su valor.

Aportamos un dato que ilustra esta pérdida de valor del colón: en abril del 2013 se necesitaba la suma de ¢19.000 para comprar lo que en enero de 1976 (37 años atrás) se podía adquirir con un monto de ¢100.

El colón ha perdido su valor, sin duda alguna.

Es decir, hemos tenido procesos inflacionarios, porque las finanzas públicas han estado perennemente en desequilibrio en las últimas cuatro décadas con mayor o menor intensidad. Por lo tanto, hogares y empresas han recurrido al dólar como una moneda que ofrece comparativamente mayores posibilidades de conservar su valor y, por lo tanto, un mejor medio para expresar los precios y llevar las cuentas.

¿Se puede revertir el proceso de dolarización de modo que los costarricenses volvamos a utilizar únicamente el colón?

En nuestra opinión, resulta difícil o imposible un proceso sostenido y fuerte de colonización en el corto plazo. Nos basamos en tres razones.

Primero, la economía costarricense seguirá muy integrada al resto del mundo mediante el comercio de bienes y servicios, la inversión extranjera directa y los flujos financieros de capitales.

Segundo, las autoridades deberían corregir los desequilibrios fiscales y mostrar en el mediano plazo una férrea voluntad a lo largo del tiempo para mantener la estabilidad macroeconómica y propiciar condiciones de credibilidad en el colón. Solo así los hogares y empresas retornarían al colón. Pero como dijo Santo Tomás, ver para creer, dado que en el pasado la historia ha sido muy diferente.

Tercero, se podría intentar forzar la colonización por medio de disposiciones legales o reglamentarias. Sin embargo, este no es el camino adecuado porque llevaría a la informalización de la economía.

La dolarización parcial del sistema financiero genera riesgos que deben estar adecuadamente administrados por las entidades financieras. El Consejo de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) tienen la obligación de regular y supervisar la administración eficaz de estos riesgos. No obstante, debe evitarse el uso de la regulación bancaria para promover artificialmente el uso del colón.

En conclusión, para lograr el objetivo de revertir la dolarización hay un amplio trecho entre los deseos expresados por el Banco Central y la realidad macroeconómica del país.