Editorial: Los desafíos del software

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En Costa Rica tenemos más de 20 años de producir y exportar software . El año pasado la producción de software superó la exportación de café. Tradicionalmente, los datos referentes a la producción y exportación de software han sido subestimados, debido a la facilidad que tiene este para cruzar fronteras o entrar en organizaciones sin ser detectado o inventariado.

Existe además una gran producción de software que no es realizada por la industria, sino por los usuarios. En Costa Rica, y en el mundo, todavía hay muchos más informáticos trabajando para organizaciones usuarias, que para empresas productoras de software .

Esta joven industria tiene mucho que enseñarle al resto de la economía, ya que además de ser altamente competitiva y globalizada, está en constante cambio, a una velocidad cada vez mayor. Una de las grandes ventajas del software (que ya no es claro si es un producto o un servicio) es la posibilidad de producirlo una vez y venderlo muchas veces, sin que exista un costo marginal por cada unidad extra vendida. El otro lado de la moneda es la rápida obsolescencia que tiende a sufrir.

Uno de los mayores atractivos de esta industria es que casi no requiere insumos materiales. Es posible exportar cientos de millones de dólares sin requerir vastas extensiones de tierra o enormes complejos industriales. Solo se requiere, gente inteligente, educada y disciplinada.

Por algún motivo, en el ámbito mundial, la edad promedio de los desarrolladores sigue siendo de menos de 30 años. Esto sugiere que para mantener y crecer esta industria es vital mantener e incrementar la producción de técnicos y profesionales en la materia. Para esto, los institutos y universidades dedicados a la informática y computación deberán aumentar sus matrículas y se deberá fomentar la atracción de personal extranjero capacitado y con experiencia. No es justificable que ingenieros de software extranjeros, con títulos de posgrado y habituados a las mejores prácticas de la industria, duren años en obtener el permiso de trabajo.

En un reciente estudio titulado La (r) evolución de las apps , publicado por Computer Sciences Corporation, se muestra cómo el diseño y la construcción del software está cambiando hacia aplicaciones móviles que se centran más en la experiencia del usuario y la integración con otros sistemas. Todo esto, por supuesto, sustentado en la proliferación de los dispositivos móviles inteligentes y la ubicuidad de las comunicaciones a nivel planetario. Una vez más, es evidente que hay mucho más software por escribir que software escrito. Las nuevas apps servirán no solo para interactuar con clientes, también serán útiles para empleados, reguladores, proveedores y todo aquel que tenga alguna necesidad de interactuar con la empresa o institución.

Para no desaprovechar esta oportunidad, necesitamos urgentemente servicios de Internet fija y móvil que sean baratos, rápidos y simétricos (la misma velocidad de subida que de bajada). Debemos convertirnos en un país productor de contenido ( software , diseño, etc.), todo lo cual requiere poder acceder a Internet a altas velocidades, en la dirección contraria a la tradicional que considera a los usuarios como meros consumidores de contenido.

Cuando el cambio que se avecina es tan claro como este, debemos apresurarnos a eliminar todas las barreras que nos impidan estar de primeros y empujando.