Editorial: Recuperación económica bajo incertidumbre

Dentro de los aspectos positivos de la ‘Revisión del Programa Macroeconómico 2021-2022′ se destaca un mejor pronóstico para la economía costarricense, aunque la reactivación sigue siendo baja y flanqueada por varios riesgos

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

En días recientes, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) presentó la Revisión del Programa Macroeconómico 2021-2022. Dentro de los aspectos positivos se destaca un mejor pronóstico para la economía costarricense, pues el BCCR proyecta un crecimiento de 3,9% al finalizar el presente año. Es más, indica que el producto interno bruto (PIB) podría alcanzar su nivel prepandemia antes de finalizar el año, adelantándose a lo previsto en la revisión de abril pasado.

Esta mejora esperada en el crecimiento es el resultado, principalmente, del mayor dinamismo de la economía de nuestros principales socios comerciales, como es el caso de los Estados Unidos en donde la economía ha reaccionado vigorosamente a los estímulos fiscales y monetarios. Es así que las exportaciones de productos costarricenses ya se encuentran en niveles superiores a los que existían antes del inicio de la pandemia.

Aunado a lo anterior, el ingreso de turistas comenzó a mostrar signos de una rápida recuperación, a pesar de que persisten en el país limitaciones a la movilidad, especialmente debido a la restricción vehicular nocturna y el cierre de la actividad comercial después de las 9 p. m. En este sentido, la recuperación podría acelerarse si se flexibilizan los horarios de la restricción vehicular, tal y como lo ha señalado la Cámara de Comercio, la cual estima que las ventas podrían crecer hasta en 20% si el horario de la restricción inicia a partir de las 11 p. m.

Dentro de las notas negativas, la presentación del BCCR deja en evidencia la lenta recuperación del empleo en el país, lo cual es consistente con las bajas presiones inflacionarias que enfrenta el ente emisor, a causas de la débil demanda interna y la alta capacidad ociosa por el lado de la oferta. El bajo dinamismo de la producción destinada al mercado doméstico queda en evidencia cuando se observa que el crédito al sector privado permanece prácticamente estancado, a pesar de la política monetaria expansiva y la disminución de tasas de interés que ha promovido el BCCR.

Otro tema que causa preocupación es que el crecimiento proyectado por el BCCR para el 2021 es apenas similar al promedio que experimentó la economía costarricense entre 2010-2019. Es más, para el 2022, el BCCR proyecta un crecimiento inferior a dicho promedio. Esto es contrario a lo que acontece en las economías de nuestros socios comerciales, las cuales sí han tenido un proceso de reactivación económica luego de la pandemia, pues han crecido en 2021 muy por encima del promedio, mientras que se espera que, a partir del próximo año, regresen a la senda de crecimiento previa a la pandemia.

— 

La tasa de desempleo ya era muy alta en Costa Rica antes de la crisis de la COVID-19 y en la actualidad nuestro país posee una de las tasas de desempleo más altas de todo el continente. El anuncio del mayor crecimiento esperado en la producción para este año acentúa las diferencias en el mercado laboral, pues el empuje de la economía proviene, principalmente, por el lado del sector externo. Por tanto, los sectores vinculados al mercado local seguirán sintiendo los embates de la pandemia por un tiempo mucho más prolongado.

Otro tema que causa preocupación es que el crecimiento proyectado por el BCCR para el 2021 es apenas similar al promedio que experimentó la economía costarricense entre 2010-2019. Es más, para el 2022, el BCCR proyecta un crecimiento inferior a dicho promedio. Esto es contrario a lo que acontece en las economías de nuestros socios comerciales, las cuales sí han tenido un proceso de reactivación económica luego de la pandemia, pues han crecido en 2021 muy por encima del promedio, mientras que se espera que, a partir del próximo año, regresen a la senda de crecimiento previa a la pandemia. En Costa Rica, lo anunciado por el BCCR implica que tan solo estamos recuperando la tasa de crecimiento de la última década, pero perdimos 4,1% de la producción el año pasado. O sea, caímos un escalón en el proceso de crecimiento, pues la pérdida de la producción del año pasado no se estaría recuperando nunca.

A pesar de que el mayor crecimiento esperado no llena las expectativas de un país que necesita de forma urgente la creación de empleo, existen riesgos importantes que podrían afectar el pronóstico del BCCR. El más evidente es la persistencia en las limitaciones a la movilidad ante el lento proceso en la vacunación y el control de la pandemia, así como las medidas que el Gobierno podría implantar para lidiar con las mutaciones del virus del COVID-19, como la variante delta que ya está circulando en el país.

Otro riesgo importante es el atraso en la aprobación de los proyectos de ley dentro de la ruta de consolidación fiscal pactada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), especialmente aquellos vinculados al control del gasto público como lo es la ley de empleo público, ya dictaminada por la Sala Constitucional. El informe del BCCR muestra avances importantes en el control del déficit fiscal, en gran parte gracias a la aplicación de la regla fiscal que se aprobó dentro de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas de 2018. Además, el mayor crecimiento económico también colabora en este proceso de consolidación fiscal, no solo por el efecto de una mayor recaudación de impuestos vinculada al mayor nivel de actividad económica, sino también porque el déficit del Gobierno se mide en relación con el PIB.

En consecuencia, un atraso en el cumplimiento de las metas con el FMI podría dar al traste con estos esfuerzos de consolidación fiscal, pues podría crear nerviosismo entre los inversionistas que adquieren bonos soberanos de Costa Rica. Ello encarecería el costo del financiamiento de la deuda pública, la cual según estimaciones del BCCR ya se encuentra por encima del 70% del PIB, con una tendencia a seguir creciendo a menos de que se logren superávits primarios más sustanciales a los anunciados por el ente emisor.