Editorial: Responsabilidad y pluralismo

Los partidos oficialistas y el nuevo mandatario tienen en sus manos instrumentos necesarios para llevar adelante su programa de gobierno y dirigir al país en la dirección correcta

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La elección del directorio legislativo trae importantes mensajes sobre el funcionamiento de nuestro sistema político. La principal es el desarrollo del principio del pluralismo político gracias a la elección de un directorio legislativo con la presencia de las fracciones legislativas más numerosas.

Más allá de ilusiones ingenuas, con la unidad nacional se lograron acuerdos sin necesidad de intercambio de cargos con el Poder Ejecutivo.

Esta elección demuestra la posibilidad de la convivencia política, a pesar de las diferencias político ideológicas, gracias al diálogo como instrumento de entendimiento y evitando enfrentamientos.

Más allá de concepciones de la unidad nacional, concebida como unanimidad, la nueva Asamblea Legislativa ha demostrado que el proceso político requiere de una permanente construcción de mayorías en torno a diferentes áreas temáticas; el interés nacional se construye todos los días, desde la pluralidad y con respeto a los derechos de las minorías.

Las principales fuerzas políticas mostraron el 1° de mayo pasado una profunda vocación de responsabilidad para facilitar la gobernabilidad a la nueva Administración. Mención especial debe recibir la actitud del Partido Liberación Nacional (PLN) al otorgar con sus votos la presidencia del directorio y vicepresidencia a los dos partidos oficialistas, a pesar del carácter minoritario de ambos.

Toca ahora a la presidencia de la Asamblea garantizar una representación proporcional de todas las fuerzas en las comisiones legislativas, para hacer realidad la representación de la diversidad política.

PAC y PUSC

La presencia en la cúpula legislativa del Partido Acción Ciudadana y el Partido Unidad Social Cristiana implica una grave responsabilidad para ambos. Dentro de un año deberán rendir cuentas sobre sus logros en la tramitación de los proyectos de ley, nombramientos y control político, especialmente en lo que concierne a los proyectos de reformas fiscales.

Debe interesarse intensamente la nueva presidenta del Congreso por hacer expedito el nombramiento de varios magistrados de la Corte Suprema de Justicia, postergados durante largo tiempo por los diputados salientes.

Por su parte, el PLN, desde la primera secretaría, deberá cumplir con el más honesto y eficiente uso de los recursos públicos a disposición del primer Poder de la República.

La presencia de la segunda minoría legislativa en el directorio, Restauración Nacional, es también un buen signo de que ese partido opositor ha superado el trauma de la derrota electoral en las pasadas elecciones y se enrumba por las rutas de la normalidad democrática, más allá de los delirios de algunos de sus miembros.

Llama la atención la agenda de la nueva presidenta legislativa resguardando el derecho de enmienda de los nuevos diputados y evitando la posibilidad de una anulación del procedimiento por parte de la Sala IV; sin embargo, preocupa el anunciado plazo de seis meses para abordar un problema urgente.

Igualmente resulta importante su señalamiento de la necesidad de efectuar reformas puntuales al reglamento legislativo para agilizar el proceso de elaboración de las leyes y nombramientos de miembros de los supremo poderes, evitando el escollo de grandes reformas integrales que han fracasado en parlamentos anteriores.

Revela doña Carolina Hidalgo Herrera su conocimiento como experta en la resolución de conflictos al buscar los mínimos comunes denominadores y renunciar a las opciones maximalistas en este terreno.

Clara advertencia

Es importante destacar que el apoyo mayoritario al nuevo directorio se constituye también en una advertencia clara para todas aquellas fuerzas que tratan ejercer oposición extraparlamentaria desde la calle tratando de deslegitimar las tareas del Parlamento y su directorio.

La constatación de esta circunstancia debería llevar al Poder Ejecutivo a apurar el paso para evitar que el transcurso del tiempo erosione su legitimidad electoral y evite el pleno aprovechamiento de su rico capital político actual.

La presencia de cinco mujeres en el directorio legislativo refleja claramente los avances en materia de género, iniciados hace muchos años con las cuotas para la presencia femenina en las listas electorales, y más recientemente con la obligación de paridad vertical y horizontal en las listas electorales.

Algunas divergencias en el proceso de nombramiento de los puestos del directorio revelaron la existencia de subfracciones y de diputados independientes que complicarían los procesos de negociación parlamentaria.

Desde las tiendas del presidente electo debe verse con agradecimiento la generosidad de los partidos de oposición al otorgarle los instrumentos legislativos necesarios para llevar adelante su agenda.

El pluralismo legislativo responsable implica también responsabilidad, tanto de la presidenta legislativa como del nuevo Poder Ejecutivo. En este primer año no existirá la excusa del pasado, del obstruccionismo parlamentario de la oposición.

Los partidos oficialistas y el nuevo mandatario tienen en sus manos instrumentos necesarios para llevar adelante su programa de gobierno y dirigir al país en la dirección correcta.

Particular responsabilidad asumirá el nuevo ministro de la Presidencia, quien deberá emprender el diálogo con el Parlamento desde posiciones de serenidad y prudencia.

La nueva coyuntura legislativa augura un año legislativo provechoso, ojalá que el nuevo directorio sepa sacar partido de estos vientos favorables.