Editorial: Riesgos crediticios

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En la edición de esta semana presentamos un análisis sobre la calidad de la cartera de crédito en el sistema financiero nacional. Este es un tema de vital importancia para la salud del sistema financiero y la estabilidad de la economía costarricense.

Los datos presentados por nuestro reportaje muestran tres conclusiones importantes. Primero, la proporción de los saldos de crédito con algún deterioro de pago se mantiene estable en los últimos tres años. Segundo, los saldos de crédito al día, tanto de personas como de empresas, representan un alto porcentaje de las carteras de crédito. Tercero, a pesar de lo anterior, en los últimos tres años se ha incrementado más el número de créditos con algún grado de atraso en comparación con los que están al día.

Las dos primeras conclusiones nos dicen que, en general, estamos frente a un sistema financiero con carteras de crédito relativamente sanas. Sin embargo, la tercera conclusión, prende una luz de alerta sobre posibles problemas de morosidad que si no son enfrentados con rapidez pueden conducir a problemas mayores.

En particular, el sistema financiero debería redoblar el cuidado en la administración del riesgo del crédito otorgado a los hogares, ya sea para la adquisición de la vivienda o para consumo. Este cuidado debe estar en todas las fases del crédito, en el diseño de los productos, en la evaluación de los créditos antes de su otorgamiento y en su seguimiento.

La importancia de una buena administración del riesgo crediticio en las carteras destinadas a las personas es doble. Por un lado, es indispensable para salvaguardar los ahorros del público en el sistema financiero, que dirige el 60 % de su cartera de crédito a los hogares y, por otro lado, es clave para evitar un problema social de exceso de endeudamiento de los hogares.

En los últimos años el sistema de supervisión del sistema financiero se ha modernizado en forma notable, tanto desde el punto de vista de la emisión de normas prudenciales, como de su aplicación. En particular, es justo reconocer que el Consejo Nacional de la Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia de Entidades Financieras (Sugef) han realizado avances importantes para mejorar la administración del riesgo crediticio.

Recientemente, el Conassif, a propuesta de la Sugef, aprobó nueva reglamentación para enfrentar de mejor forma los riegos de los créditos otorgados en dólares a sujetos no generadores de dólares, los riesgos de excesos de endeudamiento de las personas y nuevas normas para establecer una mejor relación entre el monto del crédito otorgado y el valor de las garantías.

La Sugef cuenta con la Central de Información Crediticia (CIC) con datos de los deudores del sistema financiero. Este es un instrumento muy importante para que el regulador y las entidades financieras puedan tomar mejores decisiones con el propósito de una buena administración del riesgo crediticio.

No obstante, la CIC solo cuenta con información del sistema financiero formal. No incluye la información de las deudas fuera del sistema financiero regulado. Por ejemplo, no incluye la información de los créditos otorgados por las empresas comerciales. Por lo tanto, la CIC no permite dar un panorama completo del endeudamiento de los hogares, lo cual dificulta una administración integral del riesgo crediticio de amplios segmentos de la población. Sería aconsejable promover una reforma legal para ampliar el ámbito de la CIC y reducir el riesgo del exceso de endeudamientos de las personas tanto en el sistema financiero regulado, como por parte de las empresas comerciales al financiar a sus clientes.

En conclusión, en la actualidad la morosidad en el sistema financiero costarricense está en niveles razonables, pero hay algunas señales de alerta que deberían ser atendidas. La buena noticia es el proceso de modernización de la regulación y supervisión del sistema financiero de los últimos años. Esperamos que este proceso no se interrumpa y más bien se intensifique.