Editorial: Talento foráneo

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Costa Rica ha implementado exitosamente en las últimas dos décadas una política de integración comercial con el mundo, basada en la negociación y suscripción de acuerdos comerciales en el ámbito multilateral, regional y bilateral.

Estos acuerdos pretenden facilitar el comercio de bienes y servicios, el cual está ligado también al movimiento de personas. De hecho, varios tratados comerciales contienen capítulos sobre la entrada temporal de personas de negocios, mediante los cuales se procura facilitar el otorgamiento de visas para el ingreso temporal de ejecutivos y técnicos y establecer procedimientos transparentes para tal efecto, en armonía con medidas tendientes a la protección de la salud, la seguridad y el empleo nacionales.

Facilitar y simplificar los procedimientos para el otorgamiento de visas temporales a personas de negocios es una tarea de gran importancia, que incide en la competitividad del país. Entendemos que la seguridad pública es un objetivo preponderante de la política migratoria, pero la facilitación del comercio y de la inversión extranjera debe ser un objetivo complementario, sobre todo en lo referente a visas temporales para ejecutivos y personal técnico especializado. No se justifica en estos casos someter a los involucrados a un calvario de requisitos y trámites, cuando su ingreso al país está respaldado por empresas ampliamente reconocidas que operan en Costa Rica.

Según la Dirección de Migración, entre el 2005 y julio de este año se reportan 10.779 solicitudes de residencia temporal para ejecutivos que vienen a trabajar en empresas nacionales y extranjeras establecidas en Costa Rica (esa cifra incluye cónyuges e hijos de esos ejecutivos). Típicamente, las compañías traen al país durante las primeras etapas del montaje de su operación a ejecutivos corporativos o expatriados para que lleven a cabo los procesos de inducción del personal costarricense y de prueba de tecnologías que se utilizarán en la operación. Luego, en la mayoría de los casos es el recurso humano local el encargado de dirigir y operar las compañías.

La llegada de estos ejecutivos ha generado oportunidades de negocio y ha visto el surgimiento de al menos cuatro firmas que se dedican a dar servicios de reubicación ( relocation ), lo cual es positivo.

Para una empresa registrada ante Migración, se estima que el proceso de obtener una visa temporal para ejecutivos puede tardar 40 días, además del tiempo que toma el registro. Si no se sigue esa vía, el proceso debe hacerse por medio del Ministerio de Trabajo y puede tardar hasta tres veces más. Estos plazos deben agilizarse y para ello uno de los retos principales es mejorar la plataforma tecnológica de Migración.

Lamentablemente, el caso de las visas temporales para personas de negocios no es aislado. Nuestro país se caracteriza por el exceso de trámites y la lentitud en el proceso de digitalización. En el índice Doing Business del Banco Mundial del 2013, si bien mejoramos en la calificación global, pues pasamos de la posición 122 a la 110, en algunos temas, como el número de procedimientos y el tiempo que se tarda para abrir un negocio, seguimos descendiendo. Ocupar la posición 110 en el mundo deja mucho que desear.

Es vital revisar los procedimientos de otorgamiento de visas a personas de negocios para agilizarlos y hacerlos más eficientes, combinando de forma equilibrada el tema de seguridad pública con la necesidad de mantener y mejorar la competitividad del país.