Esperanza de vida y pensión

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Todos coinciden en que la “esperanza de vida” ha aumentado y, por lo tanto, el sistema nacional de pensiones en Costa Rica presenta retos y desafíos. La tasa de fecundidad pasó de 6,7 hijos, en 1950, a 1,8 hijos por familia, en el 2011, y se observa que la tendencia es decreciente. La esperanza de vida al nacer, en el 2011, era de casi 82 años para las mujeres y de casi 77 años para los hombres y se observa que la tendencia es creciente.

No solo hay menos gente ingresando a la fuerza laboral sino que cada vez las personas que se van pensionando van a vivir más años. El régimen de pensiones podría colapsar si no se hace algo desde el punto de vista de sostenibilidad. Esto ya ha sucedido en otros países como Chile, que desde 1981 cerró la institución homóloga a la nuestra en materia de pensiones y ya no existe una pensión básica universal solidaria, sino únicamente cotizantes para un régimen individual.

Según la pirámide de población, en 1990, los hombres con más de 65 años representaban el 4,5% de la población y las mujeres, el 5%. Para el 2010, son el 7,3% de la población y el 8,2%, respectivamente. Para el 2050 se espera que los hombres mayores de 65 años sean casi el 20% de la población, y las mujeres, el 22,5%.

Para el año 2020, la Población Económicamente Activa (PEA) será de 2,5 millones, de los cuales, 1,6 millones cotizarán al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), y habrá casi 275.000 pensionados.

Hoy, en el 2013, hay casi 200.000 pensionados y esto significa que en 8 años esta población crecerá un 25%. Para el 2030 habrá casi 400.000 pensionados, y para el 2050, serán 821.000 personas.

Para el 2011, la relación de asalariados que cotizan a la CCSS para una pensión es de ocho personas trabajando y aportando para un pensionado. Con el paso de los años, la tendencia será a la baja. En el 2020 serán poco menos de seis personas, en el 2030 serán poco menos cinco y en 2050 ni siquiera tres personas.

En el 2005, hubo una tímida reforma en el IVM, que logró eficiencia administrativa y logró aumentar las contribuciones en 0,5% quinquenal a partir del 2010. No obstante, en promedio, hoy en países europeos, en forma tripartita se aporta casi el 20% para sostener los regímenes de pensiones, mientras que Costa Rica, se aportará únicamente el 10,5% en el año 2035.

El ROP y el voluntario

Por su parte, el régimen obligatorio de pensiones se crea en el año 2000, y pese a que ha venido desarrollándose en forma positiva, solo un 44% del total los trabajadores afiliados del ROP aporta en forma sistemática y mensualmente.

A nivel de toda la industria, en el 2013, las OPC administran $2.688 millones con 575.871 de afiliados, de los cuales, BN Vital administra 21,4% de ese total y tiene el 14,8% afiliados. No existe un instrumento financiero que reditúe más que un fondo de pensiones obligatorio. Hoy en la industria de pensiones el que menos paga es 13,78% y BN Vital ofrece un 16,17% de rendimientos.

La pensión del fondo del IVM y el fondo obligatorio cubren cerca de dos terceras partes del último ingreso bruto mensual del trabajador. Ante este panorama, el reto es alcanzar un 80% y un fondo voluntario es la tabla de salvación para mantener la misma calidad de vida del trabajador. Este régimen voluntario, que nació hace 20 años, creció mucho, pero recientemente se desinfló por la imposición de pagar el impuesto sobre la renta si la persona retira el dinero después de los 57 años. Por eso, desde la industria estamos defendiendo la pensión voluntaria para que sea explícito de que todos los fondos de pensiones y sus retiros no pagarán ningún gravamen.

Aumentará la “esperanza de vida”, viviremos más, pero habrá menos trabajadores cotizando para una pensión en forma sistemática y permanente, por eso hay que defender y fortalecer los tres regímenes: el solidario, el obligatorio y el voluntario, para que los trabajadores puedan disfrutar su edad de oro dignamente con un sólido sustento económico y este esfuerzo es de todos.