Hidrocarburos caros ¿la clave para la transición energética?

Para 2022, el precio del petróleo ha aumentado desde inicio de año a la fecha, cerca del 35% a $100 por barril, niveles no vistos desde el 2014

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Todos hemos sufrido directa o indirectamente el alza en los precios del petróleo en el último año. Durante el 2021 el precio promedio por barril de petróleo WTI fue de $70,68 por barril, un 68,4% mayor al $41,96 observado en el 2020 e inclusive cerca de un 10% por encima de lo visto durante el 2019. Esto nos ha afectado a todos, desde la persona que llena su tanque en la gasolinera hasta el empresario que ofrece un bien o servicio, ya que, nuestro poder adquisitivo ha disminuido y los costos de producción han aumentado substancialmente.

Para 2022 el panorama no es alentador ya que el precio del petróleo ha aumentado, desde inicio de año a la fecha, cerca del 35% a $100 por barril, niveles no vistos desde el 2014. Esto promete que habrá precios promedio más altos que el 2021 ya que la oferta del crudo sigue rezagada y la invasión de Rusia a Ucrania presiona aún más al mercado petrolero. A pesar de esto, no todo es negativo ya que de mantenerse esta situación es posible ver una gran aceleración hacia las energías renovables.

Uno de los principales argumentos en contra de las energías renovables ha sido su alto costo de implementación y uso comparado a las fuentes de energía tradicionales. Sin embargo, de mantenerse los precios actuales de hidrocarburos y la rápida disminución de costos en las energías limpias, gracias a curvas de aprendizaje, esto hará que el análisis costo-beneficio de energías renovables se encuentre en su posición más favorable históricamente. Los gobiernos y empresarios deberán revalorar sus fuentes de energía.

Un comportamiento similar se ha observado en el mercado de vehículos nuevos. Las ventas de vehículos eléctricos (contando híbridos) representaron el 9% del total de ventas globales de automóviles nuevos en el año 2021; el doble del 4,1% en 2020 y más del triple del 2,5% en 2019. Actualmente con los precios de la gasolina en niveles históricamente altos, se incentiva cada vez más la transición hacia vehículos eléctricos, ya que, en este punto es más eficiente económicamente un vehículo eléctrico que de combustión. Este factor podría hacer que se acelere aún más rápido la transición de las flotas vehiculares en todo el mundo.

La dependencia, en especial energética, hacia otros países también ha llegado a ser costosa desde la perspectiva económica y política. Esto lo demostró la invasión de Rusia a Ucrania y su impacto hacia el mercado europeo en materia energética. Actualmente el 40% del gas natural y más de un 25% del petróleo de la Unión Europea viene de Rusia.

Esto ha hecho que los precios aumenten sustancialmente y ha limitado de cierta manera las sanciones que se le pueda imponer a Rusia. Países como Alemania, que dependen más del 50% de su gas natural de Rusia, empiezan ya a replantear su suministro de energía. Algunas soluciones miran hacia las opciones renovables como la reactivación de plantas nucleares o acelerar el crecimiento de sus proyectos de energía eólica y solar lo que permitirá cierta independencia energética como país.

Los altos precios de la energía han influenciado en una mayor inflación global. La inflación en Estados Unidos alcanzó en enero 7,5%, y 5,6% en la eurozona, niveles no vistos en décadas. Si estos factores se mantienen van a causar graves consecuencias negativas en el mundo pero quizás sea el catalizador temporal que necesitamos para acelerar la transición energética.