Inmersos en el mundo digital

Comentario sobre el editorial anterior: Más y mejor conectados. Edición 1.042

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A mí me enseñaron que no debía hablar en reuniones sociales de política, sexo, ni religión por la controversia que esto puede generar, pero el cómo educamos a nuestra familia para un uso adecuado de la tecnología, puede calentar una discusión tanto como los anteriores. Que tema tan escandaloso.

Como dice el estudio Red 506, el creciente uso de aplicaciones en dispositivos móviles es exponencial y viral, no podemos ignorar esta realidad.

Las herramientas de comunicación de hoy, muchos las hubieran deseado. En su juventud, mi papá estudiaba en Estados Unidos y mi mamá en Costa Rica, la única opción para estar en contacto era una llamada impagable o cartas que duraban días en llegar.

Las aplicaciones móviles han facilitado la comunicación. Las familias tienen grupos donde comparten constantemente e inclusive anuncian eventos familiares (y que pereza da llamar al que no está en el grupo y nunca contesta). Los amigos organizan quien lleva qué a un evento. A nivel laboral, nuestros jefes, clientes y compañeros esperan comunicarse por estos medios.

El uso desmedido que se le da a estas aplicaciones y los vicios que provocan se deben trabajar con educación.

Es preocupante ver a una familia a la hora del almuerzo o la cena, con los ojos y pulgares adheridos al dispositivo digital. Pero, ¿qué hacemos? Debemos comenzar por entender cómo darle un uso adecuado, estar “presentes”, y no metidos solo en un mundo digital.

¿La realidad? La sociedad nos exige estar conectados y debemos estar listos para todos los cambios tecnológicos y evolucionar con estos. ¿Quién dicta la forma y qué es bueno o malo? En este momento, nadie.