La devaluación del yuan

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China es hoy por hoy la economía más importante del mundo, y digo esto porque cualquier tema que salga de este país afecta a la economía mundial y genera una expectativa enorme sobre el impacto que tendrán esas economías en el desempeño global.

El 11 de agosto, el Banco Central de China, anunció una devaluación del 2% en su moneda, medida que impactó a los mercados financieros alrededor del mundo. Luego, el Central hizo dos ajustes más en los días siguientes, con lo que devaluó su moneda en casi un 5% en total.

China adoptó una medida que probablemente venía evaluando desde hace tiempo; el tema era cuándo lo iba a hacer, no si lo iba a hacer. La baja en la Bolsa, la caída en las exportaciones y el crecimiento del 7%, detonaron la devaluación de la moneda, para tratar de mejorar su economía.

Esta práctica ha sido muy utilizada en los últimos años y fue denominada por Guido Mantega como la “guerra de monedas” o ( currency war ) allá por el 2010, cuando advertía los riesgos de “guerra”.

La devaluación de la moneda se da en forma directa, como lo hizo China, o en forma indirecta a través de programas de suavización cuantitativa ( quantitative easing ). Independientemente de la forma, el objetivo es el mismo: generar crecimiento a través del sector externo.

La medida adoptada por China no es mala y probablemente es lo más beneficioso para la economía global en el mediano plazo.

La devaluación hace los productos chinos más baratos alrededor del mundo, es decir, busca aumentar las exportaciones y si las exportaciones aumentan, tiene un efecto multiplicador positivo en la economía no solo de China sino del resto del mundo.

El temor es si otros países, sobre todo emergentes, seguirán esta medida, que ya ha sido implementada por los EE. UU., Europa y Japón mediante sus programas de estímulo monetario.

Un yuan más débil significa un dólar más fuerte, que ya de por sí está fuerte y ha sido una las fuentes de preocupación de la Fed, dado que los productos de los Estados Unidos serán ahora más caros, lo cual afecta las exportaciones de ese país. Sin embargo, al ser los productos chinos más baratos podríamos ver menos inflación en el mundo, que es ya un problema por los efectos negativos sobre el crecimiento.

Por otro lado, esta decisión podría afectar la tan comentada subida en tasas por parte de la Fed, ya que una subida de la tasa de interés en Estados Unidos probablemente genere una mayor demanda por dólares, y si el dólar ya está caro, una mayor apreciación de la moneda afectaría el crecimiento.

Por lo tanto, es muy probable que la Fed se espere un poco más antes de hacer su primera movida en años.