Las claves del emprendimiento

Ser emprendedor es un juego permanente de ruleta, en la que ganaremos en algunas pocas ocasiones

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Cuando escuchamos a los políticos, y al público en general, insistir en apoyar el emprendimiento por sí mismo, se comprueba que los domina un sentido romántico, pero con muy poco sustento.

Por lo menos tres ideas deben prevalecer en esa conversación. Hay como una visión idílica del emprendedor, alguien que solo quiere “hacer algo propio”. La realidad es que el verdadero emprendedor debe tener ambición, ganas de ganar plata, y la sociedad lo debe estimular. La experiencia en Asia, algo en Europa, y mucho en Estados Unidos, es que esa motivación de acumular riqueza es la energía atrás del esfuerzo emprendedor, que el Estado facilita con trámites expeditos.

En segundo lugar, para emprender de debe tomar riesgo, y eso no es poca cosa. Es el riesgo de que alguien nos copie lo que estamos haciendo, de que el capital no me alcance, de enfrentar el suplicio de solicitar un permiso y me lo rechacen, de que un proveedor me falle, de que el principal cliente me deje de comprar, de que un día no llegue mi único empleado, de que rompan la calle frente al negocio, de que no alcance la plata para pagar cargas sociales, aguinaldos, impuestos, servicios públicos, y un extenso etcétera.

Gran ambición

Ser emprendedor es un juego permanente de ruleta, en el que ganaremos en algunas pocas ocasiones. La mortalidad de los emprendimientos lo confirma. Por eso se ocupa una gran ambición. No todas las personas logran lidiar con el riesgo, para ellos el consejo es que mejor opten por la seguridad de un salario.

Y tercero, con frecuencia se piensa que dar crédito es una garantía para tener emprendedores. Esa es una idea arraigada en algunos políticos, que queda totalmente invalidada por los dos aspectos anteriores. Si una persona no tiene la suficiente ambición o no sabe relacionarse con el riesgo, darle un préstamo no la convierte en emprendedor. Más aún, el verdadero emprendedor sale adelante precisamente porque no dependió del crédito.

Tres temas que debemos asimilar.