Marcando el Norte: Consideraciones sobre el sector del bienes raíces en el contexto de pandemia

La oportunidad viene de la resiliencia, de la capacidad para innovar y pensar fuera de la caja, ese pensamiento que surge producto de fracturas en nuestra normalidad

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En la mayoría de los cursos que llevé durante mi maestría en negocios el concepto del mundo VUCAH era reiterativo. VUCAH corresponde a las siglas en inglés de lo que se denomina un mundo en donde la volatilidad (volatility), la incertidumbre (uncertainty), la complejidad (complexity), la ambigüedad (ambiguity) y la hiperconectividad (hyperconnectivity) nos acompañan, todos los días del año. Esto implica un reto importante para las organizaciones y para las personas, en cuanto a su capacidad de anticipar, innovar y adaptarse a los cambios que cada vez se dan con más rapidez.

En este contexto, lo que nadie esperaba era que el impacto del COVID-19, tomara tan de sorpresa al mundo, no por su mera existencia (han habido otras pandemias), sino por la velocidad y la forma en la que se diseminó y afectó el funcionamiento económico y social del mundo entero. Muchos países de Europa se están reconfinando dadas las segundas oleadas del brote del virus.

No tenemos certeza de cuándo va a terminar esta pandemia ni el efecto final que tendrá en nuestras economías. Lo que sí es una realidad es que nuestra vida nunca será la misma y tenemos que adaptarnos a la nueva normalidad.

En el caso particular de Costa Rica, ya han pasado siete meses desde que se reportó el primer caso de COVID-19, período durante el cual el Gobierno aplicó medidas de contención del brote, que nos afectaron a nivel personal y económico. A la fecha, en nuestro país el desempleo ha llegado a niveles de 22% según datos presentados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC); también señala el INEC que durante los meses de abril, mayo y junio de este año los sectores con mayor afectación por este concepto fueron las actividades de comercio y reparación, transporte y almacenamiento, hoteles y restaurantes y construcción entre otras ramas de actividad.

Uno de los sectores que ha sido grandemente afectados es el inmobiliario. La disminución de las actividades económicas provocadas por las medidas de distanciamiento social y el cierre de fronteras, impactaron significativamente este sector, en donde se ha podido ver el cierre de locales, disminución de los montos de alquileres ya sea por renegociación de rentas o disminución de espacios ocupados; en fin, un momento complicado. Sin embargo, ¿qué se está visualizando para que este sector, componente fundamental en la economía de este país, pueda mantenerse y recuperarse del golpe que le ha dado la pandemia generada por el COVID 19?

La oportunidad viene de la resiliencia, de la capacidad para innovar y pensar fuera de la caja, ese pensamiento que surge producto de fracturas en nuestra normalidad. Esto ha impulsado a los desarrolladores y empresas administradoras de inmuebles a replantear sus propuestas de valor.

Entre algunas de las principales tendencias que se han observado podemos observar las siguientes:

Teletrabajo y telestudio: trasladamos nuestras oficinas y escuelas a las casas de habitación. Esto ha implicado adecuar espacios en nuestros hogares de tal manera que podamos atender nuestras responsabilidades laborales y educativas de nuestros hijos. Esto impactó el valor de las propiedades inmobiliarias, dado que a la falta de aforo muchos de los inquilinos devolvieron sus espacios ocupados o los redujeron. Con el paso del tiempo y adoptando medidas de nueva normalidad se espera un regreso paulatino a los trabajos y las escuelas; sin embargo, y dado que el teletrabajo ha resultado en un modelo exitoso para muchas industrias, se espera que los diseños de las casas de habitación consideren espacios adecuados especialmente para este propósito.

Avances tecnológicos: sin la tecnología no hubiéramos podido lograr lo primero. Además, aun cuando en la mayoría de los inmuebles nuevos, tanto para oficinas como comerciales, ya se incorporaron desarrollos tecnológicos importantes, con la pandemia la velocidad en el uso de estos se aceleró significativamente. Entre estos desarrollos están las aplicaciones para monitorear en tiempo real la salud de los colaboradores y los sistemas de reservas de espacios en las oficinas. Además, la digitalización de los procesos se ha convertido en motor auxiliar de cambio, con el surgimiento de plataformas especializadas para las diferentes gestiones comerciales, operativas y administrativas. Uno de los grandes puntos a considerar es la adopción cada vez más marcada del Big Data para la toma de decisiones y que esto sirva de base para generar experiencias digitales a los clientes y apoyar en las gestiones comerciales.

Mejora en el diseño de los espacios: para mayor confort y flexibilidad. Los espacios estarán siendo enfocados no tanto en el lujo sino más bien en la mayor utilidad, eficiencia. En este proceso los espacios colaborativos serán fundamentales, en los que como se indicó previamente los sistemas de reserva serán determinantes. Además, esto probablemente implicará innovación en la forma de establecer los precios de los alquileres.

Nuevas medidas sanitarias para el reingreso presencial a los locales: uno de los principales cambios que ha generado la pandemia es la concientización de las medidas de higiene que se deben tener para volver a los espacios de trabajo. En el área comercial es fundamental la presencia física, para lo cual se han establecido protocolos de toma de temperatura, lavado de manos y exigencia en el uso de mascarillas para evitar los contagios.

La situación del COVID 19 es más que dinámica, está en constante evolución (acelerada) y no se tiene certeza de cuál va a ser la magnitud final de su impacto en la sociedad, la economía y el mundo. Se requerirá de parte de las personas y empresas aplicar modelos disruptivos en los que la innovación será punta de lanza para la adaptación y sobrevivencia, en especial porque los efectos no son directamente comparables con otros eventos similares ocurridos en la historia reciente.