¿Más impuestos o reforma?

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CristiánGonzález

Debido a los criterios externados en la campaña por nuestro presidente, Luis Guillermo Solís, acerca del déficit fiscal y reforma tributaria, me permito exponer algunos criterios que, de manera sencilla, plantean las vías correctas para establecer una reforma tributaria inevitable y urgente.

Actualmente, el déficit fiscal se encuentra en 5,4% del PIB y se espera que para 2014 cierre en la cifra récord de 6%, porcentaje sumamente alto para el manejo sano y adecuado de las finanzas públicas.

Partiendo de estos altos niveles de déficit y con una deuda pública que supera el 35%, no existe verdad más absoluta que para mantener un crecimiento sostenible e incluyente se debe producir una reforma al sistema tributario.

La reforma debe cumplir al menos con los siguientes objetivos fundamentales: reducir los coeficientes del déficit fiscal y de deuda pública con el fin de poder destinar más recursos a la inversión productiva y disminuir la pobreza. Deben conceptualizarse en la actualidad no solamente como fondos necesarios para sostener la funcionalidad del Estado sino como una herramienta “poderosa” para impulsar el desarrollo.

Por lo anterior, el Gobierno debe hacerse la siguiente pregunta: ¿Puede la reforma fiscal esperar más tiempo y postergar fondos para un crecimiento y desarrollo más inclusivo?

Principios básicos

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) emitió, recientemente, un documento que establece cinco principios básicos que debe incluir una reforma tributaria para que esta logre un desarrollo inclusivo:

1. Las reformas deben incluir impuestos que favorezcan a los pobres: Se logra mejorando la progresividad de los sistemas fiscales por medio de la reducción de las exenciones en el impuesto sobre la renta. Debe redundar en una capacidad distributiva real y que proteja los ingresos de las personas más pobres.

Además, se debe transformar el Impuesto sobre las Ventas a IVA, manteniendo exonerados productos o fases de los productos que consume la gente con menos ingresos.

2. Los sistemas fiscales deben ser más sencillos con bases tributarias más amplias: la complejidad de los sistemas fiscales en América Latina ha promovido una gran cantidad de exenciones y privilegios a ciertos sectores o grupos de contribuyentes.

3. Las administraciones tributarias deben fortalecerse para que cada ciudadano y empresa cumpla con sus obligaciones tributarias: reducir la elevada evasión fiscal y crear instituciones que garanticen que todos los agentes económicos y ciudadanos contribuyan con su obligación constitucional.

4. Lograr acuerdos y consensos institucionales que garanticen que los gobiernos locales tengan los recursos necesarios para actuar como agentes del desarrollo: la descentralización del gasto público debe ser eficiente y sostenible, por esto es necesario que las fuentes de los recursos de los gobiernos locales se fortalezcan y se puedan recaudar en su máximo potencial (impuestos de patentes y propiedad).

5. Por último, la reforma fiscal debe ser sostenible y que mire hacia el futuro: países como Costa Rica que goza de una extraordinaria riqueza natural y, además, utilizan algunos insumos de la naturaleza para las fases productivas, deberían reflejar estos aspectos en la carga tributaria “ambiental”, sin embargo, no es así en la actualidad.

Es necesario crear incentivos fiscales para el uso eficiente de los recursos naturales e incentivos inversos para los que no. No podemos acabar con la herencia de nuestros hijos, hijas y demás generaciones por venir.

Estos cinco grandes consejos del BID no tienen que ser los únicos. Cada país, y en especial Costa Rica, debe llegar a un consenso nacional que adecue la solución más viable para nuestro futuro.

Vemos que no se enumera en ningún ítem el aumento de las tasas que se cobran hoy en día sino que se hace un énfasis en eliminar exenciones y privilegios, en mejorar la recaudación, incrementar la tecnología y los recursos humanos tanto para el Gobierno central como para los locales, disminuir la evasión e innovar en la forma de incentivar la eficiencia en el uso de los bienes intangibles y tangibles de la naturaleza.

Don Luis Guillermo, espero que estos valiosos consejos le ayuden a replantear su percepción del momento de actuar con la reforma fiscal, ya que el momento es ahora.