MOPT+Conavi; calamidad nacional

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En estos días he pedido a diferentes personas una lista de los proyectos de carreteras que en los últimos diez años haya terminado en costo y tiempo el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).

Cero respuestas, porque no recuerdan alguno que cumpla esas condiciones; un ingeniero conocedor del tema de carreteras me dijo que varios años más atrás podría encontrar algunos.

Los fracasos de MOPT+Conavi son cosa frecuente, caracterizados por errores e imprevisiones. Por varios años los han justificado, de manera reiterada, en causas externas ajenas a la institución; pero la verdad sea dicha – como muchos lo indicamos, incluso la Contraloría General de la República–, se deben a la escasa capacidad de gestión para cumplir sus funciones.

Recordemos algunos de esos fracasos, cada uno de los cuales con su propia historia de costo, tiempo y consecuencias para el país:

1. Diez años en el puente de la platina.

2. La nueva carretera a San Carlos, de 29 km de longitud y cuya construcción se inició hace doce años.

3. La trocha fronteriza.

4. La ampliación de Ruta 32, sin inicio aún tras cuatro años de firmados los contratos de préstamo y construcción.

5. El tiempo que se perdió por una expropiación en el paso a desnivel de La Guacamaya.

6. Circunvalación Norte, donde el contratista ha esperado por más de dos años que liberen los terrenos para trabajar.

7. El atraso en el programa de mantenimiento de puentes.

8. Los casi 20 años desde que se habló de la pendiente ampliación de la carretera a San Ramón.

9. Los 34 meses transcurridos para responder a Global Vía su propuesta para ampliar Ruta 27.

10. Los olvidados túneles falsos en el sector del Zurquí, en Ruta 32, para evitar cierres de carretera y daños a personas y vehículos por derrumbes.

11. La ampliación de la carretera a Cartago.

12. El error de 80 metros en la conexión de la Ruta 32 con APM Terminals, y el costo de corregirlo.

El MOPT+Conavi es ahora un ancla que frena el desarrollo del país. Mientras no cambiemos esa realidad, no mejoraremos la competitividad. Tampoco registraremos avances en la generación de empleo, combate a la pobreza ni en la reducción sustancial del déficit fiscal.

Han surgido soluciones que no son solución, porque no van a la causa de la enfermedad.

Se ha cometido el error de excluir a la Contraloría en algunos procesos, como si fuera el problema; han contratado a organismos como UNOPS con alto costo para el país, que no pueden avanzar por atrasos de quien les contrató. Creamos fideicomisos como si fueran algo más que instrumentos financieros. Se ha propuesto el ICE Constructor cuando no es capacidad de construir lo que nos falta.

Algunos hablan de que el MOPT “vuelva a construir carreteras como lo hizo antes”, lo cual no es cierto pues su papel siempre fue el de un gestor de proyectos que, al menos en los últimos 60 años, ha contratado las obras con empresas constructoras.

Debemos aceptar que la incapacidad de gestión del MOPT+Conavi es la causa de todos esos males. Luego vendrán las propuestas de cambio, la mía de tres pasos, incluye convertir al MOPT en Ministerio de Transportes y que sea exclusivamente el órgano del Estado rector de todo lo relacionado con sistemas de Transportes. Volver el Conavi a su propósito original y que solo atienda el mantenimiento de carreteras nacionales.

Además, crear un organismo estatal que lleve adelante la gestión de obra nueva en el sector transportes, educación, cárceles y otras dependencias del Poder Ejecutivo e instituciones autónomas que lo requieran, con personal especializado mínimo, y con gran agilidad para contratar en el mercado nacional, de acuerdo con las leyes vigentes, los servicios profesionales de toda índole que requiera para cumplir sus propósitos.

*El autor es ingeniero y expresidente de la Cámara Costarricense de la Construcción.