El éxito de la estrategia de desarrollo económico de Costa Rica en los últimos 25 años ha producido una gran concentración del crecimiento, y por ende de la riqueza, en la meseta central y, en paralelo, una concentración de los más pobres en las costas.
Una proyección de crecimiento del PIB de no más del 4% en los próximos años no es sostenible. La densidad de populación en la meseta central rápidamente se aproxima al tope y, por lo tanto, tenemos que diversificar geográficamente el crecimiento económico a las costas del país.
La instalación de tantas de las grandes empresas en la GAM en tan corto plazo, muchas al otro extremo de las áreas residenciales, ha creado un monumental congestionamiento de tráfico, causando accidentes diarios y muertes, tanto que se estima el departamento de tráfico solo tiene el 50% del personal necesario. Se ha reportado que solo en el 2014 se importaron 52.000 autos, un promedio de 4.333 al mes; dos tercios de ellos eran nuevos que, sin duda, en su mayoría, circularán principalmente en la GAM.
El principal aeropuerto internacional, el Juan Santamaría –el único con la habilidad de manejar carga y pasajeros–, parece llegar a su capacidad máxima por falta de planificación a largo plazo, según publicó la prensa. A su vez, los cuatro cierres de operación de la terminal, en solo ocho semanas debido a las erupciones del volcán Turrialba, lo confirman como un débil cable umbilical y punto único de fallo en sostener el crecimiento de la economía nacional.
El geólogo y volcanólogo, Gerardo Soto, nos recordó (en La Nación del 21 de mayo del 2015) que el volcán Irazú eructó ceniza por 23 meses entre 1963 y 1965 y que “si continua la erupción (actual) prolongadamente, habremos de adaptar nuestras vidas y costumbres de manera ordenada y lógica”. ¿Sera que nuestra competividad económica en el mercado global de hoy, tan centralizada y dependiente en el turismo y la exportación, podría sostener una demora prolongada?
El noroeste del país, por su naturaleza, es más árido, lo que continuará limitando su crecimiento económico hasta encontrar una solución permanente a la falta hídrica.
Tres grandes acciones
La diversificación geográfica del crecimiento económico de Costa Rica, a áreas fuera de la GAM, sin duda es la solución más obvia y cercana para una competitividad más robusta y confiable.
Costa Rica necesita a lo corto y mediano plazo:
• Un aeropuerto internacional moderno en el Caribe y la modernización del ferrocarril, con la capacidad de manejar carga y pasajeros, completando el desarrollo de la región como nodo logístico moderno.
• Descongestionar la meseta central incentivando las nuevas empresas instalarse en Limón y Puntarenas.
• Reducir drásticamente la pobreza y disminuir la desigualdad produciendo miles de nuevos puestos de trabajo en las costas e invirtiendo en la formación de la fuerza laboral y el desarrollo comunal en estas regiones.
Sin duda, el Caribe de Costa Rica apunta ser el próximo polo de desarrollo del país. Es la única zona que le da al país acceso al Mar Caribe (por ende el Océano Atlántico), y un alcance económico a 60% del mercado de las américas, más una ruta marítima directa al mercado europeo.
Con este perfil, esta zona sería logísticamente estratégica para la instalación de las nuevas empresas que buscan alcanzar estos mercados, impulsando el PIB a nuevas alturas.
Los gobiernos recientes sembraron las semillas y la presente administración continua la fertilización de la infraestructura pública en y hacia el Caribe con planes y proyectos viales, marítimos y aéreos. Estos signos claros dan confianza al sector privado de invertir en el complemento de centros comerciales, residenciales, oficentros, hoteles, zonas francas, parques industriales y más.
El éxito sostenible de una empresa en la economía global está basado, en gran parte, en su estrategia de diversificación tanto de producto como de mercado. De esta forma, se concreta penetración (ventas) no solo en países al otro lado del océano pero también en diferentes sectores de la población.
Si Costa Rica va alcanzar o superar el crecimiento del PIB pronosticado y a la vez mejorar el índice de la calidad de vida (matrimonio que nos ha evadido en estos últimos años), nos urge fomentar con más intensidad la diversificación económica con el desarrollo en las costas.