La Unión de Cámaras ha señalado que el crecimiento de Costa Rica para el 2012, si bien no es el deseado, resulta importante en momentos en que el mundo y sobre todo las potencias tienen bajos o negativos crecimientos económicos.
Este crecimiento es posible gracias a empresarios que invierten, a la excelente fuerza laboral y a un legado histórico como país democrático.
Por ello, consideramos que, haciendo pequeños ajustes, este maravilloso país podría caminar más decididamente hacia el desarrollo y ahí radica nuestra impaciencia y expectativa.
Impaciencia pues la toma de decisiones importantes y trascendentales, como el fomento de la energía renovable, la construcción de obra pública y la mejora regulatoria, entre otros temas, tardan años en discutirse y otro tanto en aplicarse.
Asimismo, tenemos expectativa en que haciendo estos ajustes en un corto plazo se dará un impulso al desarrollo económico y social de nuestro país.
El sector empresarial considera que para forjar una nación próspera se debe contar con un aparato productivo fuerte, eficiente y con capacidad de competir en los mercados internacionales.
Para ello es necesario tener un Estado moderno y ágil que impulse medidas para mejorar la competitividad del país, como la tan ansiada innovación educativa.
Solo así será posible la creación de las oportunidades laborales que se requieren para atacar, de una manera sostenible, los problemas de subempleo y pobreza que aquejan a parte importante de la población costarricense, en particular en las zonas periféricas.