Opinión: ¿Debe invertir en acciones?

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Robert Shiller, reconocido economista que anticipó la burbuja inmobiliaria del 2007 en Estados Unidos, fue recientemente galardonado con el premio Nobel a la economía del 2013. En sus declaraciones, Shiller advirtió que las valoraciones de las acciones en Estados Unidos estaban amenazando con crear una nueva burbuja especulativa. Una revisión ligera de los datos del mercado da algunas pistas acerca de lo que Shiller ha mencionado.

El índice accionario S&P500, que resume como le va a las acciones estadounidenses, ha crecido un 26,3% con respecto a su cierre en 2012. En 2012, a estas alturas del año, el índice había crecido solo 12,1% con respecto al cierre del año anterior y en 2011 había retrocedido 1,1%. Además, el índice ya ha duplicado su valor con respecto a donde estaba en diciembre del 2008 cuando todavía se sufría lo peor de la crisis financiera.

La cantidad de dólares pagados por cada dólar de ganancias (ratio P/E) de las empresas incluidas en el S&P500 ronda un nivel de 20 veces (se pagan $20 por ser dueño de $1 de ganancia de una empresa). Recientemente, este nivel solo había sido visto en los periodos anteriores al desplome del 2007-2008 cuando la actividad económica era más vigorosa.

Finalmente, en promedio, invertir en acciones le acreditaría una ganancia del 5,0% sobre el precio pagado por acción (inverso del ratio P/E). Este valor está por debajo del casi 6% registrado a inicios del 2013 y del 7% a inicios del 2012. Las señales son claras: en los Estados Unidos las acciones de las empresas se han encarecido.

Un vistazo a la dinámica económica que debería justificar estas valoraciones agrega credibilidad a Shiller. La economía estadounidense todavía no crece arriba del 2% y los precios al consumidor no reflejan la efervescencia deseada. A pesar de que muchas empresas han mejorado su rentabilidad, en muchos casos estas ganancias se han logrado con ayuda de recortes de gastos. Esto es aceptable, pero no es lo óptimo ya que no refleja crecimiento. El resultado ha sido que muchas empresas registran niveles altos de efectivo ocioso. Infelizmente, este efectivo todavía no se traduce en mayores inversiones. En los últimos años las empresas estadounidenses han estado invirtiendo casi un 10,0% menos de lo que se acostumbraba antes de la gran crisis financiera.

La aseveración de Shiller tiene sustancia. Es evidente que las acciones estadounidenses se han encarecido a un ritmo acelerado. El consenso en los mercados es que esto se ha debido a las políticas de la Reserva Federal: tasas de interés bajas gracias a las inyecciones de dinero que ocurren cuando la Reserva compra activos financieros a entes privados.

Las valoraciones de las acciones estadounidenses podrían mostrar alguna corrección cuando la Reserva Federal comience a reversar sus políticas de estímulo económico, lo cual ocurrirá a partir de enero.