Opinión: Dolarizar no, permutación sí

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La naturaleza del mercado financiero nacional, su mínima amplitud y profundidad en relación al resto de economías emergentes, y las condiciones actuales del mercado internacional, nos obligan a tomar una decisión: se debe modernizar y agilizar el uso de los instrumentos financieros, aumentando la participación del Gobierno e instituciones financieras locales en la generación y toma de posiciones con derivados y permutas, para aprovechar mejor los mercados financieros internacionales, de los cuales, padecemos los males, pero no sacamos ventajas.

Urge innovación financiera, manteniendo la posibilidad de aplicar política monetaria.

Fue a finales de los 80’s y principios de los 90’s que se generó en el mundo una nueva gama de instrumentos llamados permutas financieras ( swaps ) que dan paso a una mayor posibilidad de cobertura cambiaria y en materias primas ( commodities ), permitiéndole al tenedor de estos instrumentos la posibilidad de diluir, minimizar y cubrir las pérdidas por las altas variaciones, a las cuales Costa Rica está abiertamente expuesto. Variaciones que han venido aumentado en los últimos 20 años debido al incremento en la oferta de dólares, a un ritmo del 6,22% anual en promedio, llegando para agosto de este año a $2,59 billones en dinero impreso (M1) y a $10,66 billones en dinero impreso más ahorros, depósitos y fondos en el mercado monetario (M2).

Es una enorme liquidez, que aunada al efecto de tasas de interés bajas, genera valor a través de inversión de alto riesgo para algunos, además inflación, desestabilización de precios y de tipos de cambio para las economías emergentes. La adquisición de contratos de permutas permite obtener una opción “hecha a la medida”, sin la necesidad extremista de dolarizar la economía para contrarrestar el impacto de estas variaciones.

Planificación financiera

Nuestra posición de importador, de “comprador neto” y de demandante de dólares nos compromete aún más a incurrir en pérdidas (por precios y cambiarias) debido a la escasa planificación a largo plazo.

Por ejemplo, si ya se tiene presupuestado el costo del consumo de crudo del año a cierto precio, ¿por qué no cubrirlo a través de contratos de permutas? Proteger esa posición y ese precio es más importante que la posibilidad de una pequeña ventaja de baja de precios.

Generar este tipo de contratos a través de bancos de inversión privados es más sencillo y seguro de lo que puede parecer al inicio: ya el mercado está maduro, hay buen acceso a información y es lo suficientemente competitivo como para obtener bajos precios por la apertura de posiciones.

Es cuestión de iniciativa, de reaccionar y actuar ya. La variación cambiaria y de precios internacionales afecta de todos modos y, sobre todo de manera negativa, por no aprovechar al máximo la capacidad generadora del mercado internacional.