Opinión: El ahorro energético

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El asunto energético en Costa Rica se ha enfocado en el costo de los combustibles fósiles, de la generación de electricidad y las tarifas resultantes.

Sin embargo, el tema debe enfocarse en el consumo de combustibles fósiles y en la demanda de energía eléctrica, pero sobre todo, en la eficiencia con la cual se aprovecha la energía, en cualquiera de sus formas disponibles.

Le llegó el momento al país de atravesar por la transición cultural que pone énfasis en el modo sustentable del uso de la energía, sobre todo, los combustibles derivados del petróleo.

Las actividades de transporte demandan más de la mitad del consumo de energía comercial y esa demanda es, a la vez, dos veces mayor que lo utilizado por la industria y cinco veces mayor que por el sector residencial.

Dos tercios del consumo energético comercial nacional se asocia con la utilización de combustibles derivados del petróleo. Es entonces clara la razón para dedicar espacio a la consideración de los hidrocarburos en el país y sus consecuencias.

Con datos tomados de Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible y del Sexto Plan Nacional de Energía 2012-2030, se puede calcular tasas medias de aumento de consumo. El ritmo de aumento anual del consumo de hidrocarburos durante las últimas dos décadas es cercano a 5%, lo que implica que en 2028 estaremos necesitando el doble, si la cosa sigue igual.

El ritmo de aumento anual del parque vehicular del país resulta ser de 7,8%. La comparación con el aumento poblacional de 1,87%, indica que por cada 1% de aumento poblacional, los vehículos aumentan cuatro veces más rápidamente.

Comentaba con el Ing. Allan Chin-Wo Cruz, de Recope, que personas y organizaciones deberíamos planear mejor el gasto de hidrocarburos y, en general, de la energía, siguiendo algunas consideraciones lógicas.

Lo primero es determinar si un cierto gasto energético es necesario: iluminación en edificaciones, actividades de jardinería con maquinaria innecesaria, uso inteligente de vehículos o necesidad de alta temperatura en algún proceso industrial.

Luego viene su uso más eficiente, tal como el transporte de grupos de funcionarios en vehículos corporativos versus muchos en autos propios.

Si se requiere combustibles, entonces debe elegirse el más adecuado, no solo en términos de su potencial energético, sino también en cuanto a sus efectos ambientales posteriores al uso, por ejemplo búnker versus biodiesel .

Igual consideración vale con respecto a aparatos transformadores de energía: calderas, hornos, equipo de transmisión de energía mecánica, refrigeradores, turbinas, etc. Todas estas consideraciones apuntan a la búsqueda de ahorro en el uso de la energía.

Eficiencia energética

Es necesario considerar también el grado de aprovechamiento obtenido de la energía utilizada, o sea la eficiencia energética.

En su libro The third industrial revolution , Jeremy Rifkin indica la necesidad de que la economía y la administración de procesos trascienda la idea ya insuficiente de considerar productividad como output por unidad de input . Yo agrego que esta concepción era válida cuando las fuentes de energía y sus consecuencias ambientales no eran limitantes. Se vive actualmente la obsesión de acelerar casi irracionalmente la rapidez de conversión del input . Pero cuanto mayor sea el flujo de energía utilizado, más cantidad se disipa al ambiente.

El uso de biomasas vegetales residuales está siendo impulsado por su valor energético y relativa inocuidad ambiental, pero se requiere mejorar la eficiencia en los procesos para su aprovechamiento.

Estudiamos en nuestro laboratorio la eficiencia del aprovechamiento térmico de biomasas agroindustriales residuales en el país. Un par de ejemplos indican la necesidad de mejorar las prácticas de su combustión. El estudio determina la cantidad de energía térmica potencialmente aprovechable que queda en las cenizas. En un caso se ha encontrado 12 megajulios de energía térmica no aprovechada en cada kilogramo de ceniza. En otro caso encontramos que el 26% de la masa del residuo está constituido por trozos de leña chamuscados. Este aspecto de mejoría tecnológica requiere atención.

En general, se puede concluir que ahorro y eficiencia son los dos aspectos que la sociedad costarricense debe aprender a manejar, en lo concerniente a su economía energética.