Opinión: El Plan GAM y sus retos

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En reiteradas ocasiones, diferentes actores del sector han hablado de la urgencia de aprobar el Plan de la Gran Área Metropolitana (GAM). Valga decir, el plan que debe orientar el desarrollo territorial y urbano de la región del país donde vive alrededor del 70% de nuestra población.

Un punto de partida obligado consiste en reconocer que dicho plan se constituye en una necesidad nacional. No es posible que los principales núcleos urbanos del país carezcan de una adecuada planificación. Esto llevado a su mayor simplificación, pero no su mayor significado, supone un costo económico muy importante, tanto en lo que refiere a las disfuncionalidades que se producen en nuestras ciudades, como a la pérdida de competitividad a la que evidentemente conduce este fenómeno. En un plano más cotidiano, debemos reconocer que tenemos ciudades crecientemente caóticas, con un paisaje en constante deterioro y donde se limita el derecho de sus habitantes a gozar merecida calidad de vida.

Urge en ese sentido, desarrollar la GAM y sus ciudades como centros urbanos modernos, sostenibles, equitativos y accesibles. Y, en este tema, a pesar de ser una preocupación central de Ministerio de Vivienda, debe ser reconocido el esfuerzo desplegado por mi antecesora, la Ing. Irene Campos Gómez, quien asumió un fuerte compromiso durante su gestión para que la actualización del plan se concretara.

El plan es en esencia una definición de la Costa Rica que queremos y la forma en cómo vamos a convivir. Implica la definición de las grandes directrices territoriales y a partir de eso, lo que se puede hacer o evitar hacer.

No existe justificación para que no seamos capaces de escucharnos, ponernos de acuerdo y establecer un conjunto de reglas básicas sobre cómo debe ser nuestro desarrollo urbano. En ese aspecto, la primera respuesta funcional que deseo ofrecer en mi condición de Ministro se basa en mi capacidad de escuchar.

Por otro lado, este es un tema técnicamente complejo. Si bien cuento en el Mivah con un equipo profesional con gran capacidad en este tema, así como, de otros profesionales y entidades de gran solvencia e idoneidad en el ámbito nacional, es necesario ampliar este apoyo a expertos y organismos internacionales.

Con base en estos elementos y con apoyo del señor vicepresidente, don Alfio Piva, se ha diseñado una estrategia para lograr el objetivo de tener un Plan GAM actualizado. Un punto de partida obligado es la necesidad de aprovechar todos los insumos existentes. Con lo que ha aportado el Prugam y el INVU, existe suficiente base documental para alcanzar este objetivo, a lo que habría que sumar el aporte de todos los actores clave que pueden contribuir con este objetivo e información recientemente facilitada por el INEC.

Arranca el Consejo

Para llevar a cabo este esfuerzo de interés nacional, se concluyó que el espacio idóneo es el Consejo Nacional de Planificación Urbana, creado por Decreto Ejecutivo Nº 31062-MOPT-Mivah-Minae. Este fue un órgano creado para dar seguimiento a la propuesta del plan que elaboraría Prugam, y que recoge en su seno un conjunto de entidades con clara incidencia territorial. Con la potestad además de ampliar esta convocatoria según lo requiera el ministro rector.

Además, su secretaría técnica puede ser asumida por una entidad de amplio prestigio nacional, que a su vez, puede invitar a colaborar en sus actividades a entidades municipales, sector privado, ONG, así como a otros actores de la sociedad civil.

Por ello, el 17 de diciembre del 2012, fue convocado dicho Consejo Nacional de Planificación Urbana. Tres propósitos se buscaban: su activación, la conformación de la Secretaría Técnica y la elaboración de un cronograma de trabajo. Estamos profundamente agradecidos con el Instituto Tecnológico de Costa Rica por haber aceptado asumir la Secretaría Técnica de tan importante proceso, con ello se busca no solo un rigor técnico del más alto nivel, sino sobre todo, la participación de una entidad académica de reconocido prestigio en los ámbitos nacional e internacional.

Contamos además, con el apoyo de ONU Hábitat, el organismo de Naciones Unidas especializado en el tema urbano. En particular, la Coordinación Nacional nos ha facilitado la colaboración del experto Alberto Paranhos, quien ya había ofrecido valiosas recomendaciones en este tema.

Por otra parte, la planificación territorial y la planificación urbana se refieren a escenarios de largo plazo. Ninguna ciudad se crea o modifica en un día. Tampoco es posible suponer que un plan es tan perfecto que no amerita modificaciones a lo largo del tiempo. En ese sentido, es absolutamente deseable discrepar. Es importante que existan posiciones divergentes, pero más importante aún, que seamos capaces de debatir, de confrontar ideas sin temor y, sobre todo, llegar a acuerdos.

Evidentemente, como ministro rector de Vivienda tengo la responsabilidad política de que este plan se concrete. A mi lado cuento con el señor vicepresidente, don Alfio Piva, como facilitador del proceso.

La gran meta es el Plan GAM, pero más importante aún, debemos aprender cómo vamos a perfeccionarlo día a día. Es nuestro reto contar con ciudades más productivas, equitativas, sostenibles y accesibles, pero, sobre todo, donde seamos capaces de dialogar y cuidarnos entre nosotros.