Opinión: Hay que encender otro motor

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El reciente Estado de la Nación nos debe llamar a acciones urgentes. Somos muchos los que desde hace varios años venimos diciendo que no podemos seguir aceptando la desigualdad como algo intrínseco a la sociedad costarricense. Nuestro país ha sido tradicionalmente un país donde la equidad ha sido casi generalizada y no podemos permitir que las brechas sigan aumentando, la historia no nos lo perdonaría.

El modelo de atracción de inversiones y la liberalización del comercio ha sido exitoso, nadie lo desmerita. Hemos visto los instrumentos comerciales como instrumentos para normar las relaciones comerciales entre socios usualmente asimétricos. También como herramientas para relacionar regiones y personas. Acá aparece el primer reto, ya las acciones bilaterales en materia comercial no tienen tanto efecto, ahora estamos frente a Estados Región como nuevo actor por ende de las relaciones internacionales y comerciales.

¿Cómo enfrentamos el Estado región? Simple, mejorando la asociación estratégica con socios clave. Centroamérica es un buen socio, pero las instancias de articulación centroamericana deben evolucionar, deben ser útiles y dejar que mueran los elefantes blancos. Si queremos como región jugar con Estados Unidos, Europa, Asia , los países árabes debemos dar señales claras de eficiencia y tener claras las prioridades.

El segundo reto

¿Cómo enfrentar la desigualdad? Creemos que la mejor política social es una política económica de oportunidades. La atracción de inversiones nos ha dejado empleo, pero de qué tipo; mi generación no espera seguir siendo contratada en call centers . Hemos generado encadenamientos pero no los suficientes para que el parque empresarial costarricense genere más y mejores empleos.

La respuesta, consideramos, está en lograr que al bicentenario logremos prender ese otro motor de la economía, con el que fomentemos la aplicación de estándares de calidad en la producción, mejoremos la defensa comercial, logremos mejores políticas para la trazabilidad, el fomento de los consorcios pyme, generemos espacios para los emprendedores y podamos apoyarlos de forma activa. Esto sin lugar a dudas permitirá avances sustanciales en que podamos crear empresas porque el talento lo tenemos. Dejar las políticas de asistencialismo puro para hacer políticas de fomento.

La democracia económica requiere de oportunidades y de un Estado fuerte para hacer las correcciones que un mercado imperfecto tiene. Requerimos acciones fuertes para el desarrollo de alianzas público-privadas, al desarrollo de sectores innovadores y sobre todo creer en nuestro talento.

Prendamos el motor. Volvamos a creer en nosotros mismos.