Opinión: Incertidumbre económica

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La conducción de la política económica con base en ocurrencias y prioridades de corto plazo (muchas veces sin fundamento técnico y contradictorias entre sí) ha contribuido a incrementar la incertidumbre económica. Las amenazas de nuevos impuestos o la eliminación de las bandas cambiarias, el freno al crédito, la posible aprobación de distorsiones para evitar la entrada de capitales y la continua manipulación de las tasas de interés, del tipo de cambio y de la inflación imposibilitan –o dificultan– el cálculo económico de los agentes económicos.

¿Cómo tomar buenas decisiones para asignar los recursos escasos de la sociedad cuando los encargados de la política económica pueden tomar decisiones (cuando así lo consideran más conveniente y sin sentirse obligados a explicar por qué las tomaron) con la capacidad de transformar las ganancias en pérdidas y redistribuir injustamente la riqueza, al crear artificialmente “ganadores” y “perdedores”?

En Costa Rica, hemos observado un retroceso. La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) abusó de los “cheques en blanco” que le otorgó la sociedad, traicionando la confianza que tanto le había costado ganarse, para convertirse, nuevamente, en “la casa de los sustos” (ver Lizano Fait, Eduardo. “Reflexiones sobre el Banco Central”. 2012). La coherencia de sus políticas, objetivos claros y reglas conocidas de antemano, se sustituyó por cambios bruscos y frecuentes de sus políticas que los agentes económicos (consumidores, ahorrantes, productores, inversionistas) llegan a conocer por medio de la prensa, después de que se tomaron.

Un triste ejemplo es la respuesta que ofrece don Rodrigo Bolaños, presidente del BCCR, cuando le consultan acerca de posibles cambios en la política cambiaria (un tema de claro interés nacional): “Le va a contestar el loro; en ese tema, yo voy a seguir diciendo lo mismo: es un tema que se anuncia el día en que la medida se tome ( La Nación 21/12/12)”.

Más transparencia

La incertidumbre se reduce con transparencia total acerca del proceso que se sigue para tomar decisiones de política económica, con respuestas claras acerca de qué medidas esperar, explicando quiénes van a ser los “ganadores” y los “perdedores” de las decisiones que se planea adoptar –antes de que las adopten– y con una discusión pública y seria acerca de las alternativas de política, incluyendo aquellas que no sean las preferidas por el gobierno o el BCCR.

También, existen oportunidades para eliminar incertidumbre rompiendo algunos de los “cheques en blanco” con que cuenta el BCCR. Por ejemplo, si se dolariza la economía, el ente emisor dejaría de tomar decisiones para beneficiar o perjudicar a grupos particulares al manipular el tipo de cambio o la inflación y desaparecerían los argumentos para frenar el crédito, manipular las tasas de interés e introducir distorsiones a la libre entrada y salida de capitales, que perjudican a la inversión.