Opinión: La elección en la OMC

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La candidatura de Anabel González a la Dirección General de la OMC es un orgullo y reto para el país. Su liderazgo exitoso en la conducción de la política comercial costarricense, su experiencia dentro de la organización y la reputación de Costa Rica en el sistema multilateral de comercio son sus principales ventajas frente a la elección. De ser electa, sería una de las mujeres más influyentes del planeta.

La dirección de la OMC tiene un rol administrativo y de asesoría. Sin embargo, el Director puede desempeñar un papel importante en influenciar las políticas que definen los miembros de la OMC. Entre otros, puede marcar el ritmo, forma y composición de las negociaciones, tiene la facultad de nombrar miembros de los grupos especiales y puede servir de mediador en disputas comerciales. Además, para algunos llega a ser el rostro visible de la globalización. El liderazgo de algunos directores ha sido factor esencial para el éxito del sistema multilateral de comercio.

La tradición de la OMC es tomar decisiones por consenso. La votación es un último recurso. Luego de una presentación formal y un periodo donde los candidatos participan de foros, debates y reuniones con los miembros, inicia un proceso de consultas sucesivas liderado por la presidenta del Consejo General.

El objetivo ulterior es identificar el candidato en torno al cual puede lograrse un consenso. Se entiende que los candidatos con menos opciones luego de las rondas iniciales se retirarán, hasta que sea claro que exista consenso alrededor de una persona. No necesariamente se elige al candidato que tenga más apoyo, sino quien enfrente menos objeciones.

La representatividad y diversidad son dos criterios importantes. África y América Latina son regiones que deberían tener prioridad en esta elección al no haber dirigido antes la OMC. También, debe tenerse claro que en la búsqueda de apoyos y consensos, el ajedrez político internacional es relevante. Puestos y posiciones en otros organismos pueden influir la elección. Por ejemplo, el hecho de que México ostente la Secretaría de la OCDE, que un coreano sea el Secretario General de la ONU y que Brasil tenga la dirección de la FAO, podrían ser factores a tomar en cuenta. Esto implica que los esfuerzos de la campaña no solo son responsabilidad de Comex, sino que la Cancillería debe entender la dinámica, tener sus ojos bien abiertos y apoyar de la mejor manera la candidatura.

Las ventajas

La carrera de Anabel González ha sido exitosa. Sus logros en la conducción de la política comercial costarricense, incluyen el posicionamiento del país como potencia comercial y destino para la inversión extranjera, así como la consolidación de Comex, Cinde y Procomer en instituciones de excelencia. Además, es la única de los candidatos que tiene experiencia práctica dentro de la Secretaría de la OMC.

A ello hay que agregar que las negociaciones recientes de tratados comerciales con Estados Unidos, la Unión Europea, China y Suiza, así como los acercamientos con India, hacen que la González sea un personaje familiar para quienes rigen los destinos de las economías más importantes.

Costa Rica es una ventaja en sí misma. El país es miembro protagónico de la OMC y reconocido defensor del sistema multilateral de comercio. Es percibido como un participante constructivo e independiente.

La Misión ante la OMC goza del respeto de sus contrapartes y es liderada por el embajador Saborío, quien amasa más de 20 años de experiencia con la organización. El país ha hecho un uso inteligente de los mecanismos de defensa comercial y logrado triunfos notables. Costa Rica promueve actualmente proyectos importantes, entre ellos, un acuerdo global de facilitación del comercio y un tratado plurilateral de servicios. Asimismo, en casos donde sus políticas internas contravienen lo dispuesto por los acuerdos de la OMC, el país ha sido transparente frente a los miembros y ha buscado opciones para ponerse a derecho.

Para Costa Rica, esta elección representa una oportunidad para fortalecer su imagen como promotora del derecho internacional, del imperio de la ley y de los valores del sistema multilateral de comercio.