Opinión: Los retos en la educación

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Los resultados del país en la prueba internacional PISA –que evalúa la calidad educativa– revelan una contradicción preocupante: mientras Costa Rica evoluciona hacia una nueva economía basada en el conocimiento, su sistema educativo se sigue enfocando en los “contenidos” de siempre y en un proceso de enseñanza y aprendizaje mecánico. Sin alinear estas dos realidades, el desarrollo del país no caminará bien ni será sostenible.

El pasado 3 de diciembre se conocieron los resultados de PISA 2012, que evaluó la calidad de los sistemas educativos de 65 países alrededor del mundo.

Promovida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la prueba se aplica a estudiantes de 15 años para medir sus capacidades en lectura, matemáticas y ciencias, competencias esenciales para un desempeño efectivo en la sociedad del conocimiento. Se administra cada tres años y Costa Rica participa desde 2009.

En comparación con el resto de América Latina, Costa Rica no se ve mal. Al igual que en la prueba PISA 2009, estamos de segundo lugar después de Chile en lectura y ciencias, y de cuarto lugar en matemáticas. Sin embargo, si nos comparamos con los países de mayor desarrollo económico, entonces sí que nos vemos mal.

Así como el resto de América Latina, Costa Rica quedó en “el tercio inferior” del ranking , entre los 65 países de PISA 2012. Es decir, dos terceras partes de los países evaluados están por encima del nuestro, lo cual nos ubica en franca desventaja. Esto nos debe preocupar a todos.

Rezago insostenible

Claramente, los resultados de PISA reflejan la brecha entre una nueva economía basada en el conocimiento y un sistema educativo basado en contenidos estáticos, cada vez más rezagado con respecto a nuestras aspiraciones como país.

En materia de matemáticas, un 60% de los alumnos costarricenses quedó por debajo del estándar mínimo (según PISA) requerido para el efectivo desempeño en la sociedad de conocimiento, versus 23% de los alumnos de la OCDE. En lectura, 32% de los alumnos costarricenses quedaron rezagadosm frente a un 18 % de los alumnos de la OCDE. ( Un análisis más amplio se encuentra en el sitio web de ADA, www.ada.or.cr ).

Dos años (2010 a 2012) no son suficientes para que el país logre cambiar su bajo rendimiento en lectura y matemáticas en esta prueba. Para la próxima PISA 2015, estaremos en una mejor posición para empezar a evaluar la efectividad (o no) de las reformas curriculares en matemáticas y lectura, introducidas entre 2013 y 2014.

Sin embargo, para elevar nuestro desempeño será preciso atender dos grandes desafíos señalados por el último informe Estado de la Educación: 1) mejorar la calidad de los docentes y 2) lograr la efectiva implementación de los nuevos programas de estudio.

Cualquier mejora a futuro será directamente proporcional a los esfuerzos que realice el país por reconocer la importante labor de los educadores y capacitarlos para liderar un cambio en los procesos de enseñanza y aprendizaje, estimulando el razonamiento, el pensamiento crítico y la creatividad en las aulas.

Elevar el desempeño en las pruebas PISA no debe ser solamente tarea de un gobierno, sino una prioridad de Estado, pues lograrlo implica consolidar una política educativa medible y monitorear su efectividad a través del tiempo. Asumir esta prioridad significa construir oportunidades para que los jóvenes puedan desempeñarse con éxito en la sociedad del conocimiento, acceder a empleos dignos y lograr una buena calidad de vida, lo cual equivale al desarrollo sostenible del país.

¿Serán estos resultados y los diagnósticos nacionales, que los validan, suficientes para llamar nuestra sociedad a la acción? ¿Somos capaces de unirnos entre sectores –público, privado y civil– para construir una política de Estado capaz de crear puentes entre la creciente economía del conocimiento y un nuevo sistema educativo que brinde oportunidades a todos? En nuestra respuesta queda el futuro de la juventud costarricense y el desarrollo sostenible del país.