Opinión: Propuestas fiscales inútiles

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Ahora que la campaña electoral empieza a calentar, es importante considerar aquellos aspectos que en las próximas semanas o meses se escucharán muy a menudo de boca de los aspirantes presidenciales, y que son fundamentales para formarse un criterio para la próxima elección. Uno de estos aspectos es cómo solucionar los problemas fiscales del país.

Por eso quiero presentar el Manual de Propuestas Fiscales Inútiles, un compendio de “poderosas propuestas” milimétricamente medidas con el fin de atraer votantes y partidarios, pero cuyo aporte a la estabilidad fiscal es marginal, pobre o definitivamente nulo.

El Manual incluye las siguientes “ideas”:

1. “Antes de hablar de una reforma tributaria, hay que cobrar mejor impuestos y reducir la evasión”: la frase cliché, la más poderosa de todas, que enamora a ciudadanos, empresarios, sindicatos y, particularmente, a los que disfrutan de las importantes exenciones que otorga el país. La evasión es como el Santo Grial: se han escrito cuentos, se crearon leyendas, se compusieron sinfonías, hasta una película por ahí, pero nadie dijo (con absoluta seguridad) dónde estaba. La Contraloría hace unos estudios sobre evasión de muy poca utilidad, que aducen saber (pues es imposible conocerlo con seguridad) cuánto se evade, pero no nos dice dónde están los evasores, cómo podemos encontrarlos, cuánto de lo que evaden es realmente recuperable, cuánto costaría reducir la evasión, etc.

Esperar resolver los problemas fiscales con base en bajar la evasión, es esperar que el mítico caballero Percival aparezca por ahí con el mentado cáliz. Lo que nadie dice sobre la evasión es que su principal causa son las reducidas bases impositivas con que cuenta el país, que cuantas más erosiones en la base existan más fácil es evadir y que la solución a eso es una reforma tributaria.

2. “Antes de hacer una reforma reduciremos el gasto superfluo”: otra frase hermosa (políticamente hablando), exuda responsabilidad y definición de parte de un futuro presidente. Claro, debe haber algún irresponsable que está gastando mal la plata que pagamos en impuestos y ahí está la raíz de nuestros problemas. Pero si nuestro gobierno no gastara en electricidad, agua, papel, vehículos, combustibles, balas, etc., y en su lugar gastara todo en champán, whisky y viajes en primera clase, ese recorte de gastos innecesarios apenas alcanzaría para reducir entre un 0,6% y un 0,7% del PIB nuestro déficit, de casi 5% del PIB. Las cifras no cuadran, eso es más discurso moral que propuesta fiscal seria, pues el grueso del gasto está en salarios, intereses, pensiones, inversión pública y transferencias a entidades públicas. Además, si quiere que el policía que vigila su lugar de residencia tenga vehículo, con combustible, balas y chaleco, sepa que esta propuesta es más un discurso de plaza pública.

Duplicidad estatal

3 . “Reduciremos el gasto eliminando duplicidades en la función pública”: esta viene a continuación de la anterior y sale en respuesta a la idea de eliminar entidades o departamentos duplicados. Si aproximadamente el 90% del gasto en salarios sale de educadores, miembros de la fuerza pública, funcionarios judiciales, funcionarios ambientales, policías penitenciarios y otras funciones no recortables por su importancia estratégica, pues se puede suponer que ningún político lo propondría, entonces, ¿qué queda? Queda algo en lo que se puede pensar en mejorar por cuestiones de eficiencia, pero no como solución a nuestros problemas fiscales.

4 . “No hay que hacer una reforma tributaria, hay que recortar el enorme aparato estatal del país”: esta es interesante, adicional a las de los dos puntos anteriores, pero hay que decir que nuestro gasto público (Gobierno Central) fue de casi 19% del PIB en el 2012, lo que nos pone en el lugar 24 en América Latina y el Caribe por su gasto del Gobierno Central, según la Cepal. Pero además gastamos en inversión pública, con respecto al PIB, menos de la mitad de lo que gastábamos en los 70 y un tercio del promedio latinoamericano actual, al tiempo que la sociedad demanda más oficiales de tránsito, más policías, más gasto en protección social, etc. ¿Qué dirán los políticos a las demandas de más gasto público de la sociedad costarricense?

5. “Con más crecimiento económico, el país incrementará sus ingresos tributarios”: eso, que puede ser cierto en cualquier país del mundo, es cuestionable en Costa Rica, pues con las enormes exenciones que otorga el país, con una gran parte de la economía que disfruta de incentivos fiscales y con la paupérrima recaudación por concepto de renta personal, en nuestro país la economía puede crecer y nuestra recaudación más bien podría disminuir. Además, ya se dijo esto hace cuatro años y luego alguien se dio cuenta de la metida de pata.

6. “No estamos ante una crisis fiscal inmediata e incluso hay margen para que el país se endeude un poco más”: seguro a nadie el médico le ha dicho “si no baja su colesterol en los próximos 15 días le dará un infarto”. Así como con nuestra salud, las acciones de hoy deben ser responsables con el futuro. En política fiscal lo que hagamos o dejemos de hacer hoy repercutirá en el futuro del país. Puede ser que al próximo presidente no le toque enfrentar una crisis fiscal, pero de sus acciones dependerá qué país entregará al que gobierne a partir del 2018. Ojo, previo a la crisis (2007) España tenía una deuda pública del 35% del PIB que luego subió muy rápidamente, obligando a los españoles a probar una medicina muy amarga.

Por favor, si escucha estas frases de boca de políticos nacionales, sepa que no le están hablando en serio, que la realidad es otra y no la que pretenden venderle.