Opinión: Revisen el IMAE, también

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Aprovechando la noticia publicada en La Nación el 15 de febrero, titulada “País trabaja nuevo cálculo para conocer tamaño de la producción”, quisiera aprovechar para dejarle al Banco Central la inquietud de que haga lo mismo con el IMAE.

La noticia en mención cuestiona que para el cálculo del PIB se use el año 1991, pues el mismo argumento es válido para el IMAE, pues se usa el mismo año. Y cuántas cosas han sucedido desde entonces haciendo que la estructura productiva de este país cambie de manera radical.

Para quienes, además del PIB, usamos el IMAE para dar un seguimiento más frecuente de la actividad económica, ya es notable que este último no debe estar arrojando la información que el país requiere.

Varios cambios

El IMAE es un índice que se compone de subíndices sectoriales, pero con el paso del tiempo ya es preciso que algunos de ellos deben reformularse. Pienso en cambios como los siguientes:

• “Agricultura, silvicultura y pesca” debería separarse en “Actividades agrícolas” y “Actividades pecuarias”, pues tanto unas como otras son relevantes, y suelen ser noticia por separado ante diversos eventos, tanto climáticos como económicos.

• “Electricidad y agua” debe dividirse en sus componentes obvios, especialmente por el hecho de que hay generación privada, así que ya es un sector más consolidado. Últimamente se nota como avanza un sector de empresas de ahorro energético, y de servicios de consultoría en auditorías energéticas; este es un sector urgido de saber qué dirección lleva la generación de electricidad.

• “Hoteles” debe convertirse en “Turismo”. Son muchas las actividades que se conectan con la hotelería, por lo que sería útil lograr una alianza, de no tenerse aún, con las cámaras de turismo que existen en el país.

“Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones” debería quedar como “Transporte y Almacenamiento” por un lado, y “Comunicaciones” por el otro, pues ya la participación privada está presente, así que bien vale la pena monitorearlo de manera independiente.

• Un caso similar es “Servicios Financieros y Seguros” , pues, por pequeño que sea, el sector “Seguros” ya debe considerarse por separado de “Servicios Financieros”. Además, en lo referente a “Servicios Financieros” debería poderse distinguir lo que es banca comercial privada de la que es estatal, pues son dos naturalezas realmente distintas.

• Los grupos residuales de “Otros servicios ofrecidos a empresas” y “Resto de sectores” deben evaluarse a ver si alguno de sus subsectores ya ha adquirido una mayor importancia como para dejar de ser residual.

• También podría ser interesante crear dos grandes grupos que agrupen a todos los sectores : “Producción de Bienes” y “Producción de Servicios”, permitiendo así ver la evolución por separado de cada uno.

Una pregunta que me surge es ¿será relevante pensar en desglosar más al subsector de manufactura? Este es un sector que puede resultar bastante heterogéneo, y observarlo con un lente más refinado puede arrojar información importante.

En definitiva lo que se pretende es contar con mejores herramientas de análisis. Reformular el PIB va en la dirección correcta; reformular el IMAE sería un complemento realmente certero para empujar en esa misma dirección.