Prudencia y oportunidad, en todo momento

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La crisis financiera internacional del 2008 trajo consigo muchas lecciones, entre ellas que la macroeconomía debe redoblar la atención al sistema financiero.

Desde entonces, es cada vez más frecuente observar en el ámbito internacional la creación de espacios de coordinación institucional que incorporan a las autoridades de regulación y supervisión financiera.

La economía costarricense no fue inmune a los efectos de la crisis, sin embargo, tuvo un desempeño relativamente aceptable al compararse con países cuya interconexión con mercados financieros internacionales era mayor.

Ahora bien, la estabilidad y solvencia del sistema financiero requieren de una vigilancia constante y de un accionar prudente, oportuno y coordinado, tanto desde la visión micro como desde la macrofinanciera, lo que implica una regulación que permita a sus diferentes participantes incorporar responsablemente la valoración de los riesgos en la toma de decisiones.

Los eventos de mayor volatilidad cambiaria en los últimos diez años se recuerdan con claridad; 2008, primer trimestre 2014 y segundo trimestre 2017, asimismo, fluctuaciones en tasas de interés y otras variables no han estado ausentes, lo que recuerda la importancia de contar con una vigilancia prospectiva, que mitigue la probabilidad de reaccionar a problemas ya materializados.

En seguimiento a lo anterior, el sistema financiero, bajo la coordinación del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), ha incorporado paulatinamente una mejora en la gestión y la cobertura de los diferentes riesgos, en beneficio de su estabilidad y solvencia, que considera tanto situaciones de estabilidad como de tensión financiera.

Largo camino

En el 2013, el Consejo inicia una etapa de valoración y adopción de mejores prácticas con cambios normativos de carácter macrofinancieros para el corto, mediano y largo plazo, con el fin de fortalecer la gestión del riesgo crediticio y de liquidez de las entidades supervisadas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).

De lo anterior se destaca la adopción de que la junta directiva de las entidades supervisadas apruebe la metodología para calificar la capacidad de pago de los deudores.

Igualmente, se reforzó el análisis de estrés por variaciones en el tipo de cambio y las tasas de interés, y se crearon provisiones valorando la calidad de las carteras y la cobertura de las garantías.

Más adelante, en el 2016, se fortaleció la gestión del riesgo crediticio al tomar en cuenta el ciclo económico y al cubrir posibles exposiciones por riesgo cambiario.

Asimismo, para nuevas operaciones de crédito denominadas en moneda extranjera destinadas a no generadores de divisas, se reforzaron las provisiones financieras.

Complementariamente, desde inicios del 2015, el robustecimiento de la gobernanza corporativa de todos los supervisados ha sido prioridad para el adecuado desarrollo del sistema, con atención a aspectos como responsabilidades del órgano de dirección y la alta gerencia, gestión de riesgos y rol de los comités técnicos, todo en consonancia con una aplicación proporcional.

A futuro

A pesar de que las decisiones mencionadas no se han tomado en momentos de tensión financiera y que han contado con un componente prospectivo, esto no es garantía para el futuro y la agenda debe continuar sin perder de vista los cambios del entorno internacional y los diferentes sectores de la economía.

Hacia adelante y recordando que el sistema financiero es un espacio de constante cambio, se debe mantener un seguimiento cercano a su desenvolvimiento e invertir cada vez más en prácticas y normas eficientes que contribuyan a su progreso, buscando siempre un balance positivo en la sociedad costarricense.

Luis Carlos Delgado es el presidente del Conassif.