Es evidente que el esfuerzo que realizamos las empresas exportadoras de nuestro país fue la clave para conseguir el cumplimiento de la meta exportadora de bienes trazada durante el 2017, donde se alcanzó un valor exportado de $10.665 millones a pesar de los obstáculos en materia de competitividad que atraviesa este sector.
Con este valor exportado, la meta de exportaciones planteada por el Gobierno para el 2017 se ha cumplido en un 87%, ya que aún está pendiente conocer la cifra del cierre de las exportaciones de servicios.
En el 2016, el cumplimiento de la meta fue de un 101%, mientras que en el 2015 no se superó al registrar un cumplimiento del 97%.
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Si analizamos el desempeño de las empresas del régimen definitivo, es decir, las que no gozan de beneficios fiscales, representaron un crecimiento del 5% lo que equivale a un valor exportado de $5.335 millones, mientras que el régimen de zona franca tuvo un crecimiento del 9%, lo que representa $5.178 millones.
Cabe resaltar que el buen desempeño de ambos regímenes es fundamental para el fortalecimiento de la economía nacional.
En el caso de las compañías ubicadas en zona franca, por cada dólar que les fue exonerado, aportaron $6,2 al país.
Mientras tanto, las 2.195 empresas que integran el régimen definitivo, son las principales generadoras de empleo no calificado en el sector exportador, principalmente fuera del Gran Área Metropolitana.
A pesar de que las cifras son positivas, hay subsectores que no crecieron, tales como el de jugos y concentrados (-18%), cables eléctricos (-8%), leche (-13% y el de papel y cartón kraft (-54%); leche -13%.
Además hubo un decrecimiento significativo en el mercado de América del Sur (-8).
Política cambiaria
Asimismo, consideramos también que el rendimiento de las exportaciones habría sido mucho mayor si el país contara con una política cambiaria más ajustada a la realidad del mercado, y con menos intervenciones del Banco Central sosteniendo esta variable por medio de pérdidas de reservas monetarias internacionales.
También no deja de ser preocupación para el sector, el tamaño del déficit fiscal y la forma como este se financie, pues en el pasado con la emisión de deuda externa, se generó una apreciación del colón ficticia afectado la competitividad del sector exportador.
Para que las exportaciones continúen esta tendencia, es necesario que el sector cuente con estímulos que garanticen su fortalecimiento, es por esta razón que se deben atender las recomendaciones que desde el sector se han presentado como es el ingreso a la Alianza del Pacífico donde se tendría la posibilidad de entrar a un mercado de más de 225 millones de habitantes; asimismo la necesidad del mejoramiento de la infraestructura, mayor acceso al financiamiento, seguridad en las exportaciones, reducción de costos de producción, menos tramitomanía, una administración de tratados de libre comercio más óptima y mayor innovación en el sector.
Para el presente año, visualizamos que el sector seguirá mejorando la productividad proactivamente y abriendo nuevos mercados, sin embargo mantenemos preocupación por los efectos climatológicos así como por lo que pueda suceder con variables críticas fuera de nuestro control como el precio de nuestros bienes exportables en el mercado internacional y una eventual apreciación del tipo de cambio real.
A las puertas del próximo gobierno, el presidente electo encontrará un sector exportador que gracias a su productividad ha dado números positivos y que mantiene su esperanza en poder aumentar su crecimiento en dos dígitos si se atienden importantes desafíos que atraviesa el sector en materia de competitividad ante una situación fiscal compleja que enfrenta nuestro país.
El próximo gobierno encontrará en Cadexco un aliado para implementar estrategias que propicien el crecimiento del sector, el cual requiere continuar contribuyendo en el mantenimiento de 680.000 empleos directos y la generación de nuevos puestos de trabajo, así como seguir aportando el 32,5% del PIB a nuestra economía.