¿Una devaluación competitiva?

La solución del tema fiscal debe ser depositada en los hombros por todos los sectores del país

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Durante los últimos años diversos grupos políticos han presionado para que el Banco Central de Costa Rica realice una devaluación competitiva para equiparar el Índice de Tipo de Cambio Real (ITCER) a 100 %, hoy ubicado alrededor del 85 %.

Lo anterior se basa en lo que muchos consideran un desfase que afecta la competitividad del sector externo pues los dólares recibidos son cambiados a un bajo tipo de cambio; esto permite mejorar el flujo de caja y así tendremos una reactivación económica, bajo la frase “El mejor Ministro de Hacienda es una buena cosecha”.

Los países con altos déficits fiscales tienen tres grandes rutas para solucionarlo:

Primera. Mejorar sus ingresos fiscales controlando la evasión, elusión, aumentando la carga impositiva: IVA, renta global, renta progresiva, ganancias de capital, control de exoneraciones, endeudamiento y mejorando los controles fiscales.

Segunda. Controlar los presupuestos y la ejecución del gasto público disminuyendo el aparato gubernamental, cantidad de empleados, reducción de programas sociales, dejando de realizar inversiones y eliminando la inercia presupuestaria.

Tercera. Frente a la incapacidad de una solución política, devaluar sus monedas, con lo cual sin hacer mucho esfuerzo mejoran en el corto plazo la recaudación de impuestos de ventas, renta y aduanas; pero bajo el supuesto de control de la evasión y la capacidad para reasignar los nuevos ingresos a disminuir el déficit.

Grandes beneficiados

Los agentes económicos que tienen sus ingresos en dólares serían los grandes beneficiados de una devaluación competitiva, entre ellos: exportadores, hoteleros, acreedores (prestamistas o inversionista) de dólares, etcétera., dado el aumento del valor de los dólares recibidos por los bienes o servicios que venden y, esto les permitiría invertir en sus fábricas, empleo y remuneración (Yanber disfrutó de este beneficio hace tres décadas); y, una mejor situación económica debería aumentar la recaudación tributaria aportando en disminuir el déficit fiscal; ignorando que mucho del presupuesto del estado está indexado legalmente con porcentajes que impiden destinar una mejor recaudación a disminuir el déficit fiscal.

Eso sí, el Banco Central pierde el control de su política monetaria en el mediano y largo plazo (pues adquiere un compromiso con el tipo de cambio), aumentará sus niveles de reservas, cedería las metas de inflación por expansión monetaria (imprime colones para adquirir los dólares) y pierde el control de las tasas de interés internas (obligado a realizar operaciones de mercado abierto para controlar el exceso de liquidez).

El aumento del tipo de cambio afecta directamente a los deudores en dólares, los precios de los artículos importados; con lo cual a mediano plazo tendremos mayores niveles de inflación y tasas de interés locales que presionan el presupuesto de los agentes locales; en especial, los más pobres.

Propuestas insuficientes

Las actuales propuestas de solución fiscal que son discutidas en la Asamblea Legislativa no alcanzan para solucionar el problema fiscal dado que corrigen menos del 2% del hueco fiscal (cercano al 7%). ¿Será una devaluación competitiva el mecanismo para alcanzar el punto de corrección medio?

Como ya lo ha aclarado el mismo BCCR; el ITCER (base 1997) es un indicador de competitividad (no define el nivel de tipo de cambio nominal) el reto de llevarlo a 100 nos obliga a mejorar en temas de competitividad, productividad y términos de intercambio país, ninguna es resorte del Banco Central.

Una reforma fiscal justa coloca la carga sobre los hombros de todos, una progresiva sobre los más ricos y la regresiva, sobre los pobres.

El IVA, la devaluación y el recorte de gastos afecta más a las familias de clase baja y media en términos de carga tributaria, inflación y tasas de interés. Porque usar una devaluación competitiva en lugar de colocar los esfuerzos en el IVA, renta global, progresividad en renta, ganancias de capital y exoneraciones que afecta a quienes tienen la capacidad de aportar por una Costa Rica más inclusiva.

La solución del tema fiscal debe ser depositada en los hombros por todos los sectores: empresarios, sindicatos, organizaciones, empleados (públicos o privados), hoteleros, inversionistas, usted y yo; y deberíamos ver mal el lobby político por zafar la tabla y quitar el lomo. ¿Que está usted dispuesto a aportar por Costa Rica?