Zares, Lenin y Putin

El autocratismo marxista ha sido sustituido por el autocratismo putinista

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Los cien años de la Revolución Rusa han provocado desde nostalgia hasta anticomunismo primario sin enemigo ideológico.

La autocracia zarista fue sustituida por lo que Lenin llamó la dictadura de nueve frente a uno (dictadura del proletariado) sucesora de la dictadura burguesa de uno contra nueve, continuidad entre autocratismo zarista y totalitarismo estalinista.

Sin embargo, hay que reconocer que fue un acontecimiento único el que conmovió y marcó al mundo.

La esperanza de hacer del pasado tabla rasa recorrió el planeta y todavía ejerce algún atractivo para quienes siguen esperando al Mesías del Hombre Nuevo.

La añoranza todavía provoca que Putin califique la caída de la URSS como catástrofe geopolítica.

El verdadero cataclismo fueron los millones de muertos de la guerra civil, los diez millones de muertos provocados por la represión estalinista y las hambrunas, así como la desaparición de la libertad.

El estalinismo nunca entendió que la libertad no es para los partidarios del gobierno, sino para quienes piensan diferente (Rosa Luxemburgo).

Un nuevo autoritarismo

Liquidar el zarismo y la propiedad privada, y colectivizar la agricultura trajeron un nuevo autoritarismo que llegó hasta la eliminación de los mismos bolcheviques; las revoluciones, como Saturno, terminan comiéndose a sus hijos.

El recurso a la dictadura, escudado en la excusa de la fortaleza asediada, no logró el bienestar y sí el ascenso de una nueva clase que se apropió de los medios de producción (Nomenklatura) e introdujo los campos de concentración (Goulag).

Tras la implosión del imperio soviético, el autocratismo marxista ha sido sustituido por el autocratismo putinista. Ausencia de pluralismo político, control sobre los medios, capitalismo de Estado, nacionalismo feroz, expansionismo en Crimea y conservadurismo social son sus características.

En las revoluciones, se regresa al punto de partida: cuanto más se quiere cambiar, más continuidad se genera.