Acceso al crédito y miedo al fracaso desvelan a empresarias de América Latina

Estudio del Banco Interamericano de Desarrollo recomienda al sector público y privado promocionar mejores redes, explorar una mayor diversidad de fuentes de financiamiento y promover políticas gubernamentales de apoyo a mujeres empresarias

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Los principales desafíos para las empresarias en América Latina, al iniciar un negocio propio, son el acceso al crédito y el miedo al fracaso. Por otro lado, mientras el 85% de las mujeres que logran lanzar su empresa tienen la ambición de ampliarla, persiste el reto de encontrar fuentes de financiamiento y mantener un balance entre el trabajo y la vida personal.

Estos hallazgos fueron dados a conocer esta semana por un informe sobre las empresarias en América Latina, comisionado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), del Banco Interamericano de Desarrollo, y realizado por la firma Ernst & Young.

El estudio, que se deriva de entrevistas a unos 420 emprendedores y expertos de la región, estableció que la dificultad para acceder al crédito es la principal limitación para ellas.

El 54% de las empresarias con negocios que crecieron rápidamente dicen haber lanzado su empresa con ahorros propios, mientras que esta cifra se dispara a un 64% de emprendedoras con negocios de bajo crecimiento. Después de los ahorros personales, los familiares son la segunda fuente de financiamiento para las mujeres.

Ellas deben superar el miedo al fracaso, el reto personal más fuerte al arrancar, y buscan apoyo principalmente de sus familiares y parejas al momento de escalar su compañía, convirtiendo a esas personas en sus principales socios.

“A medida que crecen sus negocios, van ganando más confianza en sí mismas y en su capacidad de gestionar sus negocios con éxito. Sin embargo, en la etapa de crecimiento, mantener un equilibrio entre su familia y vida profesional se convierte en su principal reto personal”, dice el informe.

El estudio analizó los perfiles, retos y necesidades de emprendedoras en la región, dando un mayor énfasis en las empresarias que han montado negocios de rápido crecimiento. Se analizaron casos en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Jamaica, México, Perú y Uruguay.

El informe recomienda al sector público y privado promocionar mejores redes empresariales -para fortalecer el ecosistema empresarial-, explorar una mayor diversidad de fuentes de financiamiento y promover políticas gubernamentales de apoyo a mujeres empresarias que tomen en cuenta el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

¿Cómo son las empresarias de la región?

En general, el estudio encontró que las mujeres lationamericanas son impulsadas a crear un negocio al identificar una oportunidad de mercado y no por necesidad.

La pasión por su negocio, mantener una independencia financiera, la satisfacción de superar un reto personal y la oportunidad de emplear a otras personas son los factores que las mantienen motivadas.

Otra de las características de las emprendedoras de la región es que tienen una mayor aversión al riesgo que los emprendedores y por lo general inician sus negocios en sectores tradicionales o maduros como comidas y bebidas, servicios, manufactura y comercio al detalle.

Específicamente, las empresarias con negocios escalables se situaron entre los 30 y 39 años y la mayoría de ellas vive con una pareja. Tienen en promedio dos hijos, terminaron estudios universitarios y provienen de familias acomodadas donde se fomenta una cultura de emprendedurismo, según el informe.

Según el estudio, a diferencia de los hombres (que aspiran a montar compañías grandes e internacionales), estas mujeres primero desean abrir una empresa mediana a nivel local, pero sus aspiraciones aumentan conforme van prosperando sus compañías y empiezan a analizar planes de expansión internacional.

Sin embargo, el alcance a los mercados internacionales es otra limitación: el 40% de los negocios de emprendedoras tienen alcance internacional versus el 71% de los negocios de emprendedores.