Buáwa rescata materiales de desecho para producir artículos con valor

Este nuevo emprendimiento demuestra como reciclando materiales pueden llegar a elaborarse productos de gran utilidad como lámparas, mesas y mecedoras

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Querer hacer pero sin usar las recetas de siempre comenzaba a resonar en sus cabezas como una idea, que eventualmente se convertiría en el negocio que hoy inician a paso firme.

Judith Lizano y Daniel Zamora le dan vida a Buáwa, una empresa que se dedica a rescatar materiales, objetos y hasta espacios en desuso o que hayan sido desechados para que por medio del diseño y la transformación que sufran se les pueda dar un nuevo valor estético y utilitario. Y es pensando en ese concepto que surge su nombre.

Actualmente producen alrededor de 20 productos y en cada categoría hay además, diferencias de color. La lista de productos está integrada por lámparas, mobiliario, sillas, mecedoras, mesas, mesitas, sillones y joyeros. Estos productos pueden encontrarse en tres tiendas: Kiosko San José; las lámparas en la tienda Kukara Mákara en Barrio Escalante y en Cacao Tessile en Sabana Oeste, más todos aquellos pedidos que atienden vía Facebook o por correo electrónico.

Buáwa utiliza los desechos de grandes construcciones, que se catalogan como basura. De ese material puede llegar a obtenerse madera, papel tapiz, las carruchas que transportan cable, cartón. También producen artículos a medida, es decir según el espacio y el requerimiento del cliente. De ese tipo recientemente construyeron una lámpara de más de un metro para una casa que está por ser estrenada.

“No queríamos un nombre en inglés, ni algo muy tradicional, sino algo que reflejara lo que en esencia nosotros hacemos: transformar algo para mejorarlo. El nombre lo buscamos en distintos diccionarios, hasta que nos topamos con el diccionario cabécar, donde ‘buáwa’ significa transformar, cambiar algo para mejorar”, explicó Zamora.

Tanto Judith como Daniel son graduados en Arquitectura y Urbanismo, del Instituto Tecnológico de Costa Rica, de donde salieron a integrarse a la fuerza laboral, pero donde no se quedaron por mucho.

“Los dos trabajábamos pero queríamos desarrollar un negocio y no sabíamos de qué. A principios de este año, en marzo, Daniel me comentó esta idea y así definimos qué era lo que queríamos hacer, hasta que en junio ya pusimos a la venta nuestras primeras creaciones. Como ambos trabajamos siempre en construcciones, pudimos reconocer fácilmente que había mucho material desperdiciado y que quedaba muchas piezas de madera y muchos otros materiales que podían utilizarse”, explicó Lizano.

“Siempre tuvimos el deseo de iniciar algo, pero no queríamos solo ganar dinero sino hacer algo que nos permitiera desarrollar nuestras habilidades pero que al mismo tiempo nos permitiera vivir de eso”, agregó Zamora.

La materia prima para confeccionar los productos que ofrece Buáwa la obtienen de forma gratuita a través de diversas personas que trabajan en construcciones y que les reservan materiales como el cartón, las carruchas y madera. Su inversión la constituye el traslado.

“Es en los lugares donde hemos expuestos nuestros productos, que obtenemos contactos de otra gente que tienen procesos donde desechan e inclusive ya tenemos la inquietud de experimentar con otros materiales como plástico o vidrio que sean residuos del proceso”, cuenta Daniel.

Comenzaron a participar en eventos cuando fueron invitados a donar un artículo para ser parte de una actividad social, y luego comenzaron a ser parte de ferias. La más reciente de ellas, “Orgullosamente ticos” que se realizó en Cemaco a inicios de setiembre.

“Nuestro objetivo es seguir utilizando el diseño para transformar y volverle a dar valor a las cosas que lo habían perdido. El adn de nuestro proyecto es revalorizar y queremos manejar eso integralmente como política de empresa. Por ejemplo hay muchas personas que conocemos que en algún momento creyeron que ya no tienen valor y la idea es que por medio de este proyecto podamos integrarlas como mano de obra ya sea adultos mayores o ninis”, afirma Judith.

Dentro de sus proyectos inmediatos está el seguir generando alianzas con personas que puedan ser potenciadores del producto como otros arquitectos o diseñadores, también con decoradores.

“Tratamos de ir haciendo análisis de cómo nos va y estamos súper satisfechos porque tenemos menos de 4 meses de estar funcionando y aunque no nos hacemos millonarios aun, a la gente le gusta el producto les llama mucho la atención y creemos que es innovador. Pensamos además para el futuro en hacer productos que más sencillos y que aunque nuestra utilidad no sea tan alta, se produzca más rotación y para diciembre queremos lanzar un nuevo producto”, comentó Daniel.